Los secretos que esconde el suelo de la calle más 'nueva' de Málaga desde 1492

Un historiador desvela los símbolos ocultos en el pavimento de la céntrica vía, desde el Canal de Suez a un fantasma y el misterio de las cinco bolas

Pedro González

Málaga - Publicado el

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La Calle Nueva de Málaga, una de las arterias comerciales más importantes de la ciudad, especialmente durante la Navidad, es un eje con más de cinco siglos de vida que esconde numerosos secretos y símbolos en su propio pavimento. Un paseo atento permite descubrir una historia que, según el historiador Salvador Jiménez, a menudo pasa desapercibida para los viandantes.

La primera calle de los Reyes Católicos

La historia de esta vía se remonta a 1492, cuando los Reyes Católicos decidieron abrir una calle que comunicara la entonces Plaza Mayor (hoy de la Constitución) con la Puerta del Mar. Para ello, se trazó una línea recta con un cordel y se ordenó derribar todo lo que sobresalía, acabando con el antiguo trazado musulmán. Desde su inauguración ha sido conocida como Calle Nueva y, curiosamente, “en el siglo XXI sigue siendo la calle más nueva de Málaga”, apunta Jiménez.

Esta denominación solo se vio alterada una vez, en 1939, cuando fue renombrada brevemente como calle de la República Argentina. Sin embargo, pronto recuperó el nombre con el que fue concebida y con el que todos los malagueños la conocen.

Un paseo por los símbolos del suelo

En la década de 1990, el arquitecto Eduardo Serrano, durante el diseño del nuevo pavimento, decidió incluir una serie de detalles para que los malagueños recordaran la historia de su ciudad. El problema, como señala el historiador, es que “casi siempre vamos pensando en nuestras historias, en nuestros problemas, que nunca miramos ni al suelo, ni hacia arriba, ni hacia ningún lado”.

Casi siempre vamos pensando en nuestras historias, nunca miramos ni al suelo, ni hacia arriba, ni hacia ningún lado"

Salvador Jiménez

Historiador

Calle Nueva

El recorrido simbólico comienza junto a la calle Fernando de Lesseps, donde en el suelo se puede apreciar una representación del Canal de Suez. Este homenaje recuerda al ingeniero y diplomático francés, cuyo descendiente era malagueño y que da nombre a la vía desde 1887. Muy cerca, en el cruce con la calle Duende, el pavimento muestra un gran fantasma de sábana.

El nombre de la calle, según la tradición popular, proviene de que “cuando el viento soplaba, pues parecía que aullaba, parecía que era el sonido de los fantasmas”. Siguiendo el paseo, el suelo desvela otros homenajes, como unas cintas en honor a la calle Cintería, donde antiguamente se vendían productos de mercería, o un corazón ardiente, símbolo de los franciscanos, que recuerda la ubicación del desaparecido Conventico.

El misterio de las Cinco Bolas

Uno de los símbolos más enigmáticos se encontraba en la esquina del Pasaje Luciano Martínez, donde había cinco bolas en el suelo. El historiador lamenta que, tras unas obras, “levantó la solería y nunca más puso las bolas”. Pese a que la callejuela anexa se llama Cinco Bolas, el origen de este nombre está abierto a múltiples hipótesis que Salvador Jiménez expone sin decantarse por ninguna.

Algunos teóricos sugieren que las bolas podrían estar inspiradas en el Cirio Pascual, mientras que otros creen que representaban balas de cañón de 55 milímetros usadas por los Reyes Católicos en 1487. Una tercera hipótesis, más popular, apunta a que era una referencia a “las que había que tener para tirar por la calle determinadas noches”. La última teoría sugiere que era una señal que indicaba la puerta de un prostíbulo.

El final del recorrido lleva hasta el entorno de la antigua Puerta del Mar, una entrada a la ciudad flanqueada por dos torreones. Junto a ella se encontraba la calle Herrería del Rey, lugar donde se fabricaban las herramientas militares y se herraban los caballos de la corona, completando un viaje por la historia de Málaga sin levantar la vista del suelo.

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