Bidones de combustible, crisis económica y embrollo judicial: la compleja historia de varias décadas de los terrenos de Repsol, uno de los grandes proyectos pendientes de Málaga

Los tanques de hidrocarburos fueron retirados de esa parcela de la avenida Juan XXIII hace más de veinte años y todavía sigue sin estar claro el futuro de esos suelos situados entre los dos distritos más poblados de la ciudad

Carmen Cerbán

Málaga - Publicado el

5 min lectura

 A mediados de la década de los sesenta del pasado siglo XX, en un punto muy concreto de la ciudad de Málaga comenzó a fraguarse una nueva imagen: en la avenida Juan XXIII -entre los distritos de Cruz de Humilladero y Carretera de Cádiz- se instalaron unos depósitos de combustible, en lo que hoy conocemos como los terrenos de Repsol.   

La ciudad siguió creciendo y aquellos enormes tanques acabaron rodeados de viviendas; miles de vecinos de Málaga tenían que convivir a diario con esos bidones hasta que el ayuntamiento (siendo alcalde el socialista Pedro Aparicio) y la empresa acordaron su desmantelamiento. Un acuerdo que se producía a principios de los años 90.

El acuerdo contemplaba la retirada de los diez tanques en un plazo de tres años, aunque el proceso acabó dilatándose una década. Fue en 2001 cuando se retiró el último bidón de la parcela en la que el Plan General de Ordenación Urbana de 1983 contemplaba la construcción de un gran parque.

 DESCONTAMINACIÓN DEL SUELO  

Los terrenos de Repsol comenzaban el siglo XX con el solar ya liberado y con una cuenta pendiente: la descontaminación de un suelo en el que durante años se había almacenado combustible y donde quedaban residuos petrolíferos.

Así se recogió en un informe elaborado por el catedrático del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga, Miguel Ángel Quesada: “Riesgo para la salud existe; si mueves el suelo es probable que empiece a haber olores o si metes [conducciones de] agua, si empiezas a mover el suelo, los hidrocarburos (aunque son bastante insolubles en agua) pueden flotar en ella”. Hace un año, precisamente, se adjudicaron los trabajos para descontaminar la parte de los terrenos donde todavía existían restos de hidrocarburos.

 UN PROYECTO PARALIZADO POR LA CRISIS  

Un suelo, los antiguos terrenos de Repsol donde, ya en 2006, se planteó la construcción de varios edificios con viviendas, un hotel, zonas comerciales y un parque. Ese proyecto comenzó a sufrir retrasos, llegó la crisis económica del año 2008, el proyecto se paralizó, el llamado banco malo -la Sareb- pasó a ser propietaria de una parte del terreno... un camino lleno de complicaciones que continúa hasta el día de hoy, más de veinte años después de que el suelo quedara liberado.

En 2023, llegó a haber cinco empresas interesadas en ejecutar el proyecto de las torres de viviendas, oficinas y un parque en los antiguos terrenos de Repsol, pero todas ellas -salvo una- se retiraron del proceso de adjudicación por la inseguridad jurídica en torno al proyecto.

 INSEGURIDAD JURÍDICA  

¿Por qué esa inseguridad jurídica? Principalmente, por las demandas de Bosque Urbano, una plataforma ciudadana que rechaza el proyecto de las torres y defiende que allí, en un punto entre los dos distritos más poblados de la ciudad, se haga un gran parque urbano.

Estamos planteando que esos 177.000 metros cuadrados se conviertan en un gran zona arbolada, libre de construcción, que beneficiará a la calidad ambiental de la ciudad y de los vecinos que viven en los distritos de alrededor”, según Pedro Francisco Sánchez, portavoz de Bosque Urbano.

Bosque Urbano

Recreación de la propuesta de Bosque Urbano, con un gran parque en los antiguos terrenos de Repsol

El asunto sigue en los tribunales, un proceso judicial que tiene como argumento principal el PGOU del año 83: “Nuestra intención no es paralizar la venta de nada, sino que nuestra intención es que se reconozca que en esa parcela se tiene que construir una gran zona verde, como se contempló en el PGOU del año 1983... que se cumpla el principio de no regresión de zonas verdes, es decir, que cuando en un plan general se ha establecido que una parcela sea una gran zona verde, no se puede modificar en planes generales posteriores para hacerla urbanizable si no se justifica suficientemente y de forma adecuada”.

 LA PARCEL A FUA ADJUDICADA A UNA EMPRESA  

El terreno de Repsol fue finalmente adjudicado a Urbania por 66 millones de euros, la única empresa que se acabó interesando por ese suelo para construir viviendas, oficinas y un parque.

Esta es la historia resumida de los terrenos de Repsol, que esta semana ha escrito el que es, de momento, su último capítulo: la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) del Ayuntamiento de Málaga ha puesto un ultimátum a Urbania para que aclare si sigue adelante o no con el proyecto en esa parcela.

En este sentido, la GMU ha instado a la promotora a que deposite el aval y formalice la escritura de la venta del suelo, que le fue adjudicado y que, hasta que se firme esa escritura, sigue siendo de propiedad municipal.

 ULTIMÁTUM A URBANIA  

Se trata de una medida que toma el ayuntamiento ante las dudas de la empresa porque el proyecto está empantanado en la vía judicial por esa denuncia de la plataforma Bosque Urbano. Un recurso judicial “sin fundamento”, en opinión del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre: “El recurso no tiene ningún fundamento porque todo lo que el ayuntamiento plantea está basado en el PGOU de 2011, aprobado por la Junta de Andalucía hace años”.

Yo creo que es una oportunidad para Málaga que ahí se pueda hacer lo que está planteado, un gran parque de más de 70.000 metros cuadrados sin que nos cueste dinero”, añade el regidor, puesto que su ejecución correspondería a la empresa que ejecute los edificios en esa zona.

En todo caso, el movimiento que hacen ahora desde el Ayuntamiento de Málaga va dirigido a la empresa a la que se vendió el terreno: Urbania debe decidir si se queda con los terrenos de Repsol y desarrolla las torres y el parque, o si renuncia al proyecto. En la larga historia de los antiguos terrenos de Repsol, ahora la pelota está en el tejado de la empresa.

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