Nadie apostaba por Unicaja en la previa del partido. El equipo malagueño parecía que iba al "matadero" en lugar de a jugar un partido de baloncesto. La dos últimas derrotas ante Manresa y Mornar Bar daban pocas opciones a los de Luis Casimiro y más cuando Valencia llegaba al encuentro con la moral por las nuebes tras su apabullante victoria ante el Real Madrid. Sin embargo, un niño metido en un cuerpo de hombre, estaba predestinado a cambiar la historia del Unicaja y quizás de la ACB.

Yannick Nzosa se vistió de "super hombre" para hacer creer a Unicaja que con él en cancha todo es posible. El joven pívot de 16 años tuvo un impoacto en la cancha que va mucho más allá de lo que aparece en la estadística. Su sola presencia cambió el designio del partido. Tapones, robos, tiros punteados e intimidación sirvió para parar a un equipo como Valencia.

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Salió el Valencia imponiendo su ley y de la mano de Prepelic con 9 puntos seguidos ya abría brecha desde el principio (17 - 5). Tuvo que pararlo Luis Casimiro para que no se le fuera y lo logró. Su equipo subió la presión y un par de triples de Tim Abromaitis le dieron aire (20-18, m.10).

Unicaja se encomendó al triple pero con mala puntería, le costó ponerse por delante. Lo logró finalmente con las penetraciones del escurridizo Darío Brizuela, que está siendo de lo más regular de Unicaja en en ataque, pero sobretodo el partido entró en otra dimensión con la presencia del jovencísimo Nzosa que con su presencia obligaba a cambiar casi cada tiro de los locales (24-28, m.16).

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Pero la marcha del adolescente pívot al banquillo con su segunda permitió al Valencia volver a darle la vuelta al choque centrando su juego en los sólidos Nikola Kalinic y Bojan Dubljevic. Ambos fueron clave en el 9-0 que precedió al descanso (33-28, m.20).

El paso por el vestuario cambió de nuevo el guion. Los visitantes recuperaron la agresividad y Abromaitis puso los puntos, pero esta vez el Valencia reaccionó antes e hizo girar su juego alrededor de Kalinic, que al poste bajo hizo mucho daño al Unicaja pero que también con su defensa le puso en problemas. El partido era un duelo entre Kalinic y Abromaitis, ambos anotaron en el tercer cuarto 12 puntos.

Como en la primera parte, la entrada de Nzosa se le atragantó al Valencia, que no supo cómo gestionar su presencia y se atascó dando motivos a Alberto Díaz o a Wackzynski para creer en el triunfo. Un triple del polaco valía para que los malagueño volvieran a ponerse cuatro arriba (59-63, m.33).

Salió Dubljevic al rescate del Valencia para forzar un final apretado, pero Casimiro se había guardado la carta de Brizuela, que con su talento descansado recuperó la renta andaluza y aunque luego falló cuando pudo rematar, los locales le devolvieron los regalos y el triunfo fue finalmente para el necesitado equipo malagueño, que debe ahora crecer tras este triunfo.

El futuro ya está aquí y se llama Yannick Nzosa, su rol ya debe ser predominante en este equipo falto de talento en el juego interior.

66.- Valencia Basket (20+13+18+15): Vives (3), Prepelic (10), Kalinic (14), Williams (-), Dubljevic (15) -cinco titular- San Emeterio (4), Labeyrie (3), Tobey (10) Van Rossom (2) y Hermannsson (5).

71.- Unicaja (18+10+21+20): Alberto Díaz (9), Alonso (2), Bouteille (9), Thompson (4), Guerrero (1) -cinco inicial- Wackzynski (5), Suárez (-), Brizuela (16), Abromaitis (20), Sánchez (-) Gerun (3) y Nzosa (2).

Árbitros: González, Castillo y Perea. Sin eliminados.

Incidencias: partido correspondiente a la quinta jornada de la fase regular de la Liga Endesa disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis