OPINIÓN

Las Divinas Palabras con Ernesto Medina. Hoy: Cierra Casa Paco

00:00

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Dos noticias chungas un sábado de noviembre. Al pobre mes se le acumulan las desgracias. Empieza casi con el Día de los Difuntos. No tiene -vayan, ustedes a saber por qué capricho de la lengua- adjetivo como algunos de sus hermanos. A saber, de marzo, marceño; abril, abrileño; agosto, agosteño; y, por último, septembrino y decembrino para septiembre y diciembre, respectivamente. Unos sí y otros tampoco.

Por eso quizá un mes sin adjetivo prolonga su vacío en acontecimientos que menos o más te vacían el alma. La mañana ¡sabatina! -de los adjetivos de los días de la semana hablaremos otro día- se prestaba al deporte, ignorante, ¡ay de mí!, de que en la curva de la Carretera de Circunvalación me esperaba la primera puñalada. Han limpiado los parterres linderos con la acera. Los arbustos de lavanda que allí crecían han sido arrancados de raíz. Para los corredores que venían de la Carretera de Córdoba era su aliciente para coronar el repecho la garantía del perfume y el color violeta de la alhucema. Quizá una insignificancia, pero la vida está llena de pequeñas victorias, pues las grandes no suelen producirse.

Cerca de mi casa mi hermano Jesús y su panda de cervezas me confirmaron un rumor, que cierra definitivamente Casa Paco. Me recluí en el domicilio sin querer saber nada más del fin de semana. No me consoló la certeza de que habían concluido las disputas familiares por dilucidar si estaban más ricas las patatas fritas de Casa Paco, las de Santo Reino o las de Oya. Yo siempre he sido de Casa Paco. A muerte. En el baúl de mi memoria permanece nítida la primera tienda de los Jardinillos. Apenas un mostrador con una enorme repisa al fondo donde se acumulaba la mercancía. He controlado la inflación según el coste de un cuarto de patatas que vendían en sus cartuchos blancos de papel. No concibo los partidos del Atleti o de España con mi padre sin una fuente de patatas. O de tapa en las comidas familiares para tomarlas con boquerones en vinagre, anchoas. También de guarnición o en un sinfín de combinaciones. Un clásico imperecedero y seguro de la cocina giennense.

Se apagan bombillas de mi memoria sentimental. Dirá alguno de ustedes que no hay para tanto. Discrepo. Las patatas de Casa Paco son mi magdalena de Proust. Y su ausencia un poco sí que me acaba de joder la vida.

Palabras, divinas palabras

Escucha en directo

En Directo COPE JAÉN

COPE JAÉN

Programas

Último boletín

12:00 H | 20 SEP 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking