Catorce presos peregrinan al Rocío en un camino hacia la reinserción

Se trata de una peregrinación muy especial hacia la aldea del Rocío: catorce internos de la prisión de Huelva, doce hombres y dos mujeres, participan en esta iniciativa organizada por la Asociación Rociera "La Libertad". Se trata de la vigésimo sexta edición de esta actividad que, según explica Pablo Sánchez, presidente de la entidad, "forma parte del proceso de reinserción de los presos, apostando por su rehabilitación a través de experiencias significativas".

La comitiva salía en la mañana del martes 29 de abril, desde las inmediaciones de San Juan del Puerto, en una jornada marcada por la emoción y la esperanza. Sánchez señala que el grupo recorre el camino "andando en dos jornadas, con una primera etapa de 44 kilómetros hasta Villarejo, donde se pernocta junto a la hermandad de Palos de la Frontera", y una segunda etapa de 18 kilómetros hasta alcanzar la aldea.

Aunque les gustaría contar con más internos, no todos cumplen con los estrictos requisitos establecidos. "Deben estar en segundo grado, tener buena conducta y superar un control médico riguroso", comenta Sánchez. Este año, aunque inicialmente se seleccionaron 24 participantes, el servicio médico descartó a diez por motivos de salud. “Al final, vienen los que pueden venir, los que la Virgen quiere que vengan”, añade.

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Además de su dimensión penitenciaria, la actividad tiene un fuerte componente espiritual. Sánchez destaca que este año, coincidiendo con el Año Jubilar, los capellanes de la prisión ofrecieron la confesión a quienes quisieran ganar el jubileo. “Es un año especial, con un cariz más religioso, aunque también hay quien viene por motivos más lúdicos o simplemente para convivir”, explica.

Durante el trayecto, los internos caminan acompañados por un carro de apoyo que transporta mochilas, agua y fruta. “Nadie va en coche salvo yo, que hago de coche escoba”, aclara el presidente de la asociación. Por las noches, en el ambiente distendido del camino, hay espacio para la música y la expresión artística, donde algunos presos comparten sus talentos.

Sánchez afirma que en los 26 años que llevan organizando la peregrinación nunca han tenido incidentes de seguridad. “Ese tema no nos preocupa porque la selección previa es muy minuciosa. Nos importa más que haya buena convivencia y que el grupo disfrute del camino en armonía”, concluye.

Este encuentro con la Virgen del Rocío simboliza mucho más que una salida puntual de la prisión: es una oportunidad de transformación, de redención personal y de acercamiento a una vida en libertad.