Fotos: Patronato Alhambra y Generalife

En la segunda entrega de “La Alhambra solitaria”, realizada durante los días en los que el monumento está cerrado a la visita del público, nos acercamos al Patio de los Leones. En torno a él se articula uno de los palacios nazaríes. Fue mandado construir por Muhammad V (1338-1391), quien estuvo al frente del Reino de Granada en dos periodos durante el siglo XIV y mantuvo una relación de alianza y amistad con el rey Pedro I de Castilla. Este monarca nazarí, es junto con su padre, Yusuf I, responsable de gran parte de las construcciones que se alzan en la ciudadela palatina de la Alhambra. Muchos historiadores han señalado que era residencia de privada del Rey de Granada.

Fuente de los Leones

Este patio, de forma rectangular, está rodeado por 124 columnas que sostienen las galerías desde las que se puede acceder a lugares como la salas de mocárabes, la de los reyes o al conocido como el harem de la Alhambra. En su centro se sitúa el símbolo más universal de la Alhambra: la Fuente de los Leones. Realizada en mármol blanco, existen distintas interpretaciones sobre su significado. El poeta Ibn Zamrak (1333-1394) escribió unos versos que están escritos en el borde de la taza y que dicen así:

Bendito sea aquel que otorgó al Imán Muhammad

bellas ideas para engalanar sus mansiones.

Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas que Dios

ha hecho incomparables con su hermosura,

y una escultura de perlas de claridad transparente,

cuyos bordes se decoran con orla de alfójar?

Plata fundida corre entre las perlas, a las que se semejan en belleza alba y pura.

En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,

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sin que sepamos cuál de ambos se desliza.

¿No ves cómo el agua se derrama en la taza, pero sus caños la esconden enseguida?

…

Quien contempla los leones en actitud amenazantes,

debe saber que solo el respeto al emir contiene su enojo.

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