El nuevo año trae con él muchas novedades y una de ellas son los nuevos radares de la Dirección General de Tráfico (DGT) que entrarán a fiinales del primer trismestre en funcionamiento. El año pasado ya pudimos ver cómo serían estos radares, pero eso era la teoría. La Estrategia de Seguridad Vial 2021-2030 ha fijado reducir el número de accidentes y con ellos también el de fallecidos en carretera. Para ello se han centrado en los excesos de velocidad, una de las principales causas de los accidentes mortales o con heridos muy graves. Conseguirlo para por los nuevos radares llamados 'antifrenazo' y en cascada.

La nueva Ley de Tráfico, Circulación de Vehículos y Seguridad Vial entrará en vigor el 21 de marzo de 2022, pero cuidado porque algunas medidas ya han entrado en funcionamiento y debemos cumplirlas. Otra de las novedades es endurecer el uso del teléfono móvil o no hacar uso del cinturón de seguridad, y suprime el margen de 20 km/h para adelantar en carreteras secundarias. También hace alusión a la velocidad y los cinemómetros. Y no se deja atrás aumentar la sanció por llevar instalado en el vehículo un detector de radar. La sanción es de 500 euros y tres puntos.

NUEVOS RADARES

Para este nuevo año Tráfico sumará 26 nuevos aparatos en su lista de radares fijos, móviles y de tramo. La fecha de su activación aún se desconoce, al igual que su ubicación. Lo que sí se conoce que es serán 16 los radares de tramo y el resto se instalarán en aquellos denominados fijos. También se conoce que se priorizará en la instalación en carreteras secundarias.

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Los nuevos dispositivos de control de velocidad que anuncia la Dirección General de Tráfico se irán sumando de forma gradual a los 780 radares fijos, 545 móviles y 92 de tramo que ya están en funcionamiento.

¿CÓMO FUNCIONAN LOS RADARES ANTIFRENAZO Y EN CASCADA?

Estos radares están concebidos para acabar con aquellos que solo levantan el freno del acelarador al pasar por el radar o bien el tramo, y una vez rebasados vuelven a elevar su velocidad. Los radares antifrenazo actúan para sancionar a aquellos conductores que conocen la ubicación del radar, bien porque tiene instalado un avisador, ha consultado la lista de la DGT o conoce la carretera. Por lo tanto llegado al punto aminoran la marcha. Para evitar esta práctica los agentes colocan un primer radar unos kilómetros antes del alertado por los carteles. De esta forma, pueden medir la velocidad de los coches antes de que superen el radar cuya ubicación tienen controlada. No será este aparato el que les multe, sino el que le precede y que no esperan.

Si nos centramos en los radares en cascada funcionan del mismo modo, pero con la única salvedad de que están gestionados de manera contraria. En lugar de sorprender a los conductores que frenan antes del radar, tratan interceptan a aquellos que una vez superado el cinemómetro aumentan la velocidad por encima de lo permitido. Para ello, los agentes colocan un segundo medidor a poca distancia del señalizado.

El director general de Tráfico, Pepe Navarro, ha reconocido en varias ocasiones que "en las carreteras españolas hay más cabinas que radares. Un tercio de cajas de radares vacías y hacen el mismo efecto porque el conductor ve la caja, recibe el aviso en el navegador y frena”. Los radares antifrenazo y en cascada están pensados para evitar que los conductores vayan pendientes de dónde hay carteles de aviso, cajas o radares para adaptar la velocidad a la que circulan solo en esos puntos para, después, superar los límites permitidos. Muchos conductores no son conscientes que los radares no están instalado para sancionar, y sí para evitar accidentes en ciertos puntos o tramos.