Los médicos cordobeses se plantan en esta nueva huelga nacional: "Lo hacemos por nosotros y por los pacientes"
Los facultativos denuncian la imposición de un nuevo estatuto que perpetúa la precariedad y pone en riesgo el futuro de la atención primaria y las urgencias

Andalucía - Publicado el - Actualizado
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Los médicos han dicho basta. En la segunda jornada de huelga nacional, convocada en protesta por el nuevo Estatuto Marco que prepara el ministerio, los sanitarios han vuelto a alzar la voz para denunciar una presión asistencial insostenible y unas condiciones laborales que están minando la sanidad pública. Desde Córdoba, representantes del Sindicato Médico Andaluz (SMA) han detallado los motivos de un paro que consideran un "acto de responsabilidad" no solo por los profesionales, sino también por el futuro del sistema y la atención a los pacientes.
La primera jornada se saldó con un seguimiento del 70% de los profesionales en el Hospital Reina Sofía, un 40% en la atención primaria y más de 70 quirófanos suspendidos. El segundo día, el seguimiento ha aumentado en 63 sanitarios más en el hospital referencia de Córdoba (siendo casi 500), y un 10% más de seguimiento en la atención primaria.
Jornadas "inhumanas" de 24 horas
Uno de los puntos más conflictivos es el de las guardias de 24 horas, una práctica que los sindicatos exigen que deje de ser obligatoria. Francisco Gracia, presidente del SMA en Córdoba y médico de urgencias en el Hospital Reina Sofía, califica la propuesta del ministerio como "una trampa". Aunque se plantea una reducción a 17 horas en días laborables, se mantienen las 24 horas en festivos y, de manera crucial, el tiempo de descanso posterior no computa como tiempo trabajado. "Nadie más tiene guardias como las nuestras", ha señalado Gracia, quien subraya que en un servicio de urgencias la actividad es incesante.
Esta situación deriva en un problema cada vez más extendido: el síndrome de burnout. "Debe entender cualquier persona que cuando llevas 17 horas trabajando, ya tu cabeza no rinde", ha advertido el facultativo. Este agotamiento extremo no solo aumenta el riesgo de errores médicos, sino que está provocando que muchos profesionales enfermen, abandonen la medicina, se marchen a otros países con mejores condiciones o se refugien en el sector privado, como la medicina estética, huyendo de una presión que ya no pueden soportar.
Cuando llevas 17 horas trabajando, ya tu cabeza no rinde"
Médico de Urgencias en el Hospital Reina Sofía
Del aplauso al maltrato
Inmaculada Romero, secretaria general del SMA de Córdoba y médica de atención primaria, ha recordado con amargura la situación vivida durante la pandemia. "Recuerdo las bolsas de basura cuando no había equipo de protección, las mascarillas que nos facilitaban una por semana y el miedo a contagiar a nuestras familias", ha relatado. Sin embargo, los aplausos de las ocho de la tarde han dado paso a un clima de hostilidad. "De eso hemos pasado a cinco o seis manifestaciones por maltrato a compañeros", lamenta Romero, refiriéndose a insultos y agresiones.
A este sentimiento de abandono se suma una remuneración que consideran injusta. Los sindicatos denuncian que un médico residente puede cobrar unos 1.000 euros al mes, mientras que un especialista puede llegar a percibir apenas "9,5 euros la hora en una guardia" mientras salva una vida. Una cifra que, según recalcan, contrasta con la alta cualificación y los años de sacrificio que requiere la profesión. "No es un buen negocio ser médico hoy día en España", ha sentenciado Romero.
No es un buen negocio ser médico hoy día en España"
Médica de atención primaria en Córdoba
Un relevo generacional en peligro
La falta de médicos de familia es otra de las grandes preocupaciones que amenaza con colapsar la atención primaria. El problema, según los facultativos, reside en los "contratos absolutamente humillantes" que se ofrecen a los nuevos especialistas. Tras casi una década de formación, a un residente se le llega a ofrecer un contrato de un mes, seguido de otro, y así sucesivamente. Esta inestabilidad laboral impide a jóvenes de casi 30 años plantearse proyectos vitales como comprar un coche o pedir una hipoteca.
Como consecuencia, muchos de los nuevos médicos de familia, una especialidad que Romero considera "poco respetada" a pesar de su papel clave en la detección de enfermedades graves, optan por buscar otras salidas. "Se hacen un máster de plástica y van a un sitio y ganan su sueldo y no tienen que aguantar muchas cosas", explica. Esta fuga de talento, sumada a las condiciones en Europa, donde la organización del trabajo permite una mejor conciliación, está dejando a la sanidad pública española sin el necesario relevo generacional.
Ante esta situación, los médicos exigen cambios estructurales urgentes que el nuevo estatuto no contempla. Entre sus reivindicaciones prioritarias se encuentran la no obligatoriedad de las guardias, que estas coticen para la jubilación y, sobre todo, tener una mesa de negociación propia con voz y voto. Advierten que ignorar estas demandas y seguir adelante con el plan del ministerio no hará más que agravar la crisis y "colapsar de una vez la atención pública".



