Los hospitales de Córdoba aguantan el golpe del gran apagón y se convierten en refugio para pacientes vulnerables
Los centros sanitarios tuvieron que desplegar todos sus recursos de emergencia para mantener la asistencia y garantizar la atención urgente

Ambulancia
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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La ciudad ya ha recuperado la luz, pero en la retina de muchos permanece la imagen de una noche larga, confusa y llena de sobresaltos. El gran apagón que paralizó buena parte del país puso a prueba el sistema sanitario de Córdoba, donde los hospitales tuvieron que desplegar todos sus recursos de emergencia para mantener la asistencia, garantizar la atención urgente y convertirse, una vez más, en refugio para los más frágiles.
El corte de suministro eléctrico, que se prolongó durante varias horas, pilló por sorpresa a muchos pacientes dependientes de oxígeno domiciliario. En cuanto sus aparatos dejaron de funcionar, no les quedó otra que acudir a los hospitales para poder seguir respirando. En Reina Sofía, el mayor complejo sanitario de la provincia, se habilitaron varias salas para acogerlos y dar respuesta a una avalancha inesperada. Algunos llegaron en ambulancia; otros lo hicieron por su cuenta, guiados por el instinto de supervivencia.

Zona de Urgencias del Reina Sofía
Durante la madrugada, el Hospital Provincial también abrió un espacio específico para acoger a personas ventilodependientes. La escena era poco habitual: familiares empujando sillas de ruedas, botellas de oxígeno a medio consumir y personal sanitario improvisando soluciones sobre la marcha. En total, decenas de pacientes permanecieron allí hasta que, al amanecer, volvió la electricidad a sus hogares.
Aunque los generadores de gasoil permitieron mantener en marcha las áreas más críticas, la situación no estuvo exenta de dificultades. Los fallos informáticos fueron generalizados: los historiales clínicos dejaron de estar accesibles, algunas analíticas no pudieron consultarse y se registraron incidencias en la transmisión de datos. Aun así, los servicios de urgencias pudieron funcionar, y también las pruebas básicas, aunque con más lentitud de la habitual.
En hospitales comarcales como el de Montilla, el impacto del apagón también se dejó sentir. Con la llegada masiva de pacientes con problemas respiratorios, los profesionales se vieron obligados a montar una especie de hospital de campaña en la unidad de rehabilitación. Allí se enchufaron concentradores de oxígeno, se repartieron botellas de repuesto y se prestó atención básica a quienes no podían esperar. No hubo ingresos de gravedad, pero sí momentos de tensión ante la posibilidad de quedarse sin capacidad de respuesta.
En Pozoblanco, en el Hospital Valle de los Pedroches, el corte eléctrico dejó inoperativo el TAC, una herramienta clave para el diagnóstico rápido en urgencias. Como resultado, varios pacientes tuvieron que ser trasladados a Córdoba capital para poder completar sus pruebas. A día siguiente del apagón, las secuelas tecnológicas siguen presentes: todavía hay incidencias en el sistema informático y algunos registros electrónicos permanecen inaccesibles.
En los centros privados, como el Hospital Quirón, también se activaron los protocolos de emergencia. Aunque los generadores garantizaron el funcionamiento de las unidades más sensibles, se suspendió toda la actividad quirúrgica no urgente y se priorizó exclusivamente la atención crítica. Una quincena de pacientes acudió solo para recargar sus equipos de oxígeno, sin que fuera necesario su ingreso.

Hospital Quirón Córdoba
El Hospital Cruz Roja de Córdoba activó sus generadores de emergencia para mantener operativos los servicios esenciales. Aunque se registraron algunas incidencias en el sistema informático, la atención urgente pudo mantenerse sin grandes complicaciones. Se priorizó el cuidado de pacientes crónicos y dependientes. No fue necesario realizar traslados ni habilitar espacios adicionales. La jornada se vivió con tensión pero sin incidentes graves.

Zona de Urgencias del Hospital Cruz Roja de Córdoba
En el Hospital San Juan de Dios, donde también se activó sus generadores, pudieron mantener operativos los servicios esenciales. Este centro además, cuenta con 474 paneles solares, que refuerzan el suministro de cara a este tipo de incidencias eléctricas.
La respuesta del personal sanitario fue, una vez más, ejemplar. Pese al cansancio, la falta de medios tecnológicos y la incertidumbre, se garantizó la atención en todos los centros.