Cuando el balonmano se jugaba en campos de fútbol
El balonmano-11, que llenaba estadios en competiciones internacionales, fue el germen de un deporte con mucha tradición en Córdoba y provincia

Cuando el balonmano se jugaba en campos de fútbol
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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40.000 espectadores viendo un partido de balonmano. Sucedió en Dortmund en el antiguo campo de fútbol del Borussia (el Rote Erde Stadion). Desde que en 1928 se fundara la Federación Internacional Amateur de Balonmano hasta los cincuenta el balonmano se jugaba once contra once y en campos con dimensiones similares a los de fútbol.
El Feldhanball, como se llamaba en alemán, generaba pasiones en aquel país y, por eso, fue incluido en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. El oro en aquel campeonato -cuya final se celebró ante 100.000 espectadores y con la presencia de Hitler- se lo llevaron los anfitriones por delante de Suiza y de Austria. Nunca más volvió a ser el balonmano-11 deporte olímpico, pero sí se llegaron a celebrar desde 1938 hasta 1966 siete Mundiales (todos ganados por los alemanes -orientales u occidentales tras la Guerra- menos uno que se llevó Suecia).
En España también tuvo éxito esta modalidad precursora del actual balonmano a siete. DuranTe 14 años se celebró una Copa de España -el equipo más laureado en esos tiempos fue el Barcelona- cuyos partidos decisivos se solían programar coincidiendo con los del club de fútbol importante de la ciudad. Así, por ejemplo, en el Metropolitano se podía ver un Atlético-Barcelona de balonmano-11 antes de un Atlético-Celta por una peseta más.
El balonmano empieza a jugarse en España en la Academia de Infantería de Toledo
Un gran amante del balonmano -y ex consejero del Córdoba C.F- Rafael Barroso, explica en COPE los orígenes de este deporte y su arraigo en Córdoba: “el balonmano en general, sobre todo en la modalidad de a once, fue introducido gracias a los militares. En concreto a los militares de la Academia de Infantería de Toledo. Desde ahí se trasladó a toda España porque ellos llevaron el balonmano que ellos habían inventado según sus propias reglas y que era una derivación del fútbol. Eso fue durante los años 40 y 50, incluso bien entrada la década de los cincuenta se jugaba. Yo recuerdo siendo muy niño ver muchos tíos jugando al balonmano en El Arcángel antes de un partido del Córdoba, debió ser en el 54 o 55. Ya en el 52-53 se había creado la Federación Española de Balonmano y ya había empezado el balonmano a siete de una forma reglada”.
Con todo, reflexiona Barroso, “el balonmano-11 no tuvo demasiada importancia en Córdoba. Había pocos equipos. Creo que se jugaron partidos entre Córdoba y Peñarroya y Puente-Genil. A partir del año 56 el Córdoba C.F. decide crear una sección de balonmano que alcanzó mucho nombre en el panorama nacional con jugadores que llegaron incluso a Asobal. No se consiguieron éxitos sonoros salvo llegar a fases finales de Copa de España. Los éxitos llegaron más adelante cuando aparece el Córdoba de Educación y Descanso”.
Y una curiosidad para sacar pecho: “en la primera temporada en la que la Federación Española funciona se crea el primer campeonato de España de juveniles que lo gana el Colegio Cultura Española de Córdoba -actualmente La Salle-.”
El balonmano a once fue perdiendo fuerza a partir de los cincuenta y cuando volvió a ser modalidad olímpica -en Múnich’72- ya se jugaba a siete. Con todo, en Alemania, Suiza y Austria todavía hay nostálgicos que siguen practicando esta modalidad tan exigente físicamente y tan llamativa visualmente.
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