• Sábado, 27 de abril 2024
  • ABC

COPE

Balance del fracaso y nueva realidad del Córdoba

El descenso a cuarta categoría abre interrogantes que han de ser resueltas lo antes posible para tranquilizar y alentar a una afición descorazonada

ctv-47s-arcangel
Toni Cruz González
@tonicruzgon

Redacción COPE Córdoba

Córdoba

Tiempo de lectura: 5'Actualizado 11:49

El Córdoba bajó el domingo a cuarta categoría nacional. No caía tan bajo desde el año 1984 y entonces apenas duró un año en esa sima tan profunda. ¿Cuáles han sido los motivos de tal hecatombe? ¿Qué deparará el futuro al aficionado cordobesista? A 11 de mayo hay más dudas que certezas.

LAS RAZONES DE UN FRACASO HISTÓRICO

Confección de la plantilla

Aunque la plantilla blanquiverde haya sido la principal señalada y la culpable del paupérrimo bagaje, las responsabilidades hay que repartirlas a todos los niveles. La dirección deportiva y la secretaría técnica dispuso de más meses que nunca para confeccionar un grupo que compitiera desde el primer minuto siendo consciente del mínimo margen de error que se tenía en una temporada a todas luces diferente. Durante los largos meses desde la suspensión de la competición -marzo de 2020- y la vuelta a los amistosos -septiembre de ese mismo año- se vendió un proyecto súper profesionalizado y basado en parámetros científicos que aspiraba a confeccionar un bloque insuperable porque el Córdoba no podía permitirse el lujo de residir en Segunda B ni una temporada más. Los fichajes fueron llegando entre sordinas, casi irrumpiendo en los entrenamientos sin anuncio ni presentación.

Los responsables deportivos Valenzuela y Juanito apostaron por la continuidad de Juan Sabas en el banquillo -que no llegó a debutar en la 19-20- y de varios futbolistas veteranos con altas fichas en los que, según ha parecido a posteriori, no confiaban demasiado (tampoco en el entrenador). En los fichajes se apostó por la experiencia contrastada de jugadores como Mario Ortiz y Samu Delgado y las incógnitas de Sidoel o Salido. Diez refuerzos que, a priori, daban apariencia de ser el gran candidato a ser campeón de un subgrupo que, además, parecía el más flojo de los dos del Grupo IV.

Catalogar a la del Córdoba como “La mejor plantilla de la categoría” por parte de Miguel Valenzuela resultó, a los postres, tragicómica conforme la competición fue colocando a la entidad cada vez más lejos siquiera de los tres primeros puestos del grupillo.

La segunda ventana, la del mercado de invierno, resultó aún peor. Lejos de enmendar las carencias o de modificar la hoja de ruta del equipo, los rectores optaron por retocar tres apenas tres piezas. Sidibé y Ródenas -que llegó por Salido, quien apenas jugó dos minutos- no aportaron absolutamente nada y Nahuel lo hizo a cuentagotas. El extraño empecinamiento en contratar a Diabaté y Betro González derivó en los fichajes a última hora de Oyarzun y Salido. Unos movimientos desconcertantes después de haber tenido casi medio año para planificar la temporada.

Banquillo y jugadores incapaces

Juan Sabas, primer técnico de la temporada, nunca terminó de entender la naturaleza exigente de la categoría. Puso como excusa en la derrota en el ensayo general frente al Badajoz en las pizzas ingeridas en ese desplazamiento. Su obcecación en la seguridad defensiva, por otra parte, encorsetó a unos jugadores con una idiosincrasia diferente. Los dos primeros triunfos ligueros -sufridos ante los dos últimos clasificados al final- fueron un espejismo y el equipo jugó fatal hasta que el entrenador madrileño fue despedido. Con Alfaro el panorama cambió drásticamente... durante apenas un mes. Tras cuatro partidos sin encajar y dos eliminatorias superadas de Copa el entusiasmo volvió a una afición que demandaba incluso una rápida renovación del aragonés. Nada de nada. Mientras la nave daba claros indicios de naufragio, Alfaro seguía tocando su violín con alineaciones aparentemente incomprensibles sin cambiar su sonrisa y apelando al margen que le restaba y a las cosas que siempre sucedían en los finales de la temporada. Y sí que pasaron. La derrota ante el Betis Deportivo en la última fecha no solo dejó al Córdoba sin opciones de ascenso a Segunda en marzo, sino que le obligaban a mejorar radicalmente su rendimiento para conservar la categoría en la segunda fase.

Los gestores del Córdoba, tras recibir la negativa de varios técnicos de postín y del propio secretario técnico Juanito, optaron por dejar a Alfaro en el banquillo y el drama estaba servido. La victoria en Tamaraceite -pudo haber sido empate si Becerra no hubiera parado un penalti en el 90'- dio paso a tres choques infames frente a Balona y Cádiz B que obligaron a la cúpula de la SAD a despedir a Alfaro casi más como castigo que como remedio. Germán Crespo, obligado a un milagro, logró un 7 de 9 que, como se preveía, fue insuficiente.

  • Left6:No existe configuración de publicidad para el slot solicitado

Naturalmente, después de tres entrenadores, quedó en evidencia una plantilla que no ha rendido ni de lejos como se esperaba. En la portería Becerra y Frías han alternado grandes actuaciones con pifias monumentales, lo que ha hecho que ninguno de los dos se haya consolidado como titular. Los defensas, y es curioso, tampoco han demostrado el nivel esperado a pesar de ser el Córdoba un equipo poco goleado. Para el lateral derecho se han alternado el central Farrando y Álex Robles. Tantas dudas dejaron ambos que acabó ocupando ese carril el jugador del B Carlos Puga. En el centro de la zaga ni Djetei ni Bernardo Cruz han aportado la contundencia deseada y, por eso, Crespo acabó por retrasar a Xavi Molina. Jesús Álvaro le acabó quitando, por otra parte, el puesto en el flanco izquierdo a Berto Espeso, otro de los fichajes que casi ha pasado desapercibido.



El único que se salvó de la quema en el centro del campo fue Del Moral, tal vez la única sorpresa positiva del curso. A su lado han comparecido con más desaciertos que fortuna Javi Flores, De las Cuevas, Mario Ortiz, Traoré y hasta Sidoel durante 52'. En las bandas la lesión de Samu Delgado le eximió de la vergüenza que por su rendimiento se ganaron Oyarzun, Valverde o Moutinho. Señalados, se les buscó sustituto en el mercado invernal con Sidibé y Nahuel, pero tampoco mejoró en exceso el panorama. El ataque fue constantemente cuestionado desde el inicio de la temporada y, aunque Valenzuela sacara pecho diciendo que el Córdoba contaba con los dos mejores delanteros de la categoría, también ha estado lejos de rendir dignamente. Willy, al menos, aportó pundonor y una cifra lógica de tantos. Ni Piovaccari ni Salido ni Ródenas han justificado su ficha y, sobre todo, que Luismi Redondo o Diego Domínguez no hayan tenido más minutos. Son de esos misterios inexplicables que ha dejado la errática campaña.

EL FUTURO

El Córdoba afronta ahora una categoría que contará con 90 equipos divididos en cinco grupos y con diez ascensos en juego. Un auténtico pozo en el que cada año que se pase será una tortura emocional y económica.

Según se ha podido conocer este martes se producirá una reunión telemática entre los responsables del club en España y los mecenas en Bahréin. De ese encuentro digital se podrían colegir las aspiraciones y ambiciones del proyecto de Infinity. Se puede saber ya que el Director Deportivo Juanito, que cumple contrato, no continuará y la permanencia de su superior Miguel Valenzuela también resultaría extraña después de la catástrofe. Rafa Sánchez, secretario técnico, ya ha anunciado su salida del club y su destino será un club que está luchando por no descender.



Para el relevo en la dirección deportiva han empezado a salir a la palestra los primeros nombres, que naturalmente niegan cualquier contacto en estos momentos y mientras no se confirme la salida de los actuales inquilinos de esa parcela.

De otros relevos en los despachos y de renovaciones en la plantilla de momento poco o nada se conoce. De anuncios o de ruedas de prensa explicativas sobre la hecatombe tampoco. Sería importante, la afición así lo demanda, una agresiva campaña de abonos que reenganchara a una masa social que ha vivido tres descensos en siete años y un par de traumáticos cambios de propiedad. Conocer algo esperanzador para el futuro es, ahora más que una, un placebo imprescindible para el cordobesismo.

También te puede interesar:

-Se consumó la hecatombe (2-1)

-Un hilo de esperanza (0-5)

Radio en directo COPE
  • item no encontrado

En directo

Directo Poniendo las Calles

Poniendo las Calles

Con "El Pulpo"

Escuchar