Javier de Burgos, delimitó en 13.771 km² todo el trozo de España que se considera provincia de Córdoba. En ese espacio hay mucho por disfrutar. Quizás no has podido viajar fuera este puente, así que te proponemos algunos de los lugares más bellos de nuestra provincia para que visites en estos días

Rute

Ubicado en la Sierra Subbética, vive con la sierra a sus espaldas y un mar de olivos a sus pies. Hermosa villa que recibe al viajero con el aroma de sus anisados y el sabor de la Navidad. Rute tiene una tradición de gran solera con las destilerías de anís, que lo ha hecho famoso a lo largo de nuestra geografía.

Cuenta con siete museos y ahora es una de las mejores épocas del mundo para disfrutar de esta bella localidad cordobesa. Además no debes perderte su belén de chocolate, uno de los más grandes del mundo.

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Zuheros

Villa blanca repleta de miradores con encanto y en la que toda la vida parte y confluye en la plaza de la Paz, la explanada que se extiende a los pies del Castillo y se asoma por una balconada al paisaje septendrional. Desde ahí se divisa un panorama de lomas olivareras con un horizonte recortado por la Oreja de la Mula. Zuheros cuenta con un Museo Arqueológico cuya visita puede servir de aperitivo a una visita a la Cueva de los Murciélagos. La localidad presume también de un Museo de Costumbres y Artes Populares -antigua Casa Grande- en el que se explica el “modus vivendi” de los habitantes del pueblo y de la casa Museo-Estudio del pintor Francisco Poyato, ubicada en un recinto típicamente andaluz, que alberga en su interior obras fundamentalmente surrealistas. Por la antigua vía férrea del tren del aceite se pueden hacer rutas de senderismo junto al Río Bailón. No se debe volver de la localidad sin probar sus exquisitos quesos.

Priego

Municipio con un extenso patrimonio en el que sobresalen la Fuente del Rey y el barrio de la Villa. La Fuente del Rey Carlos IV es de un barroco tardío -proyectada entre 1802 y 1803 por Remigio del Mármol- y cuenta con tres estanques ligeramente escalonados y jalonados de esculturas mitológicas en los que predominan las curvas. Sus 139 caños dorados están protegidos por unos plátanos de sombra que confieren al entorno un aspecto único. El barrio de la Villa es una red de estrechas calles de directriz quebrada e irregular disposición. Calles empedradas y peatonalizadas llenas de macetas en muros, balcos y ventanas. Un paraje en el que perderse hasta desembocar en el Adarve por el Bajondillo o la Puerta del Sol. Otros sobresalientes monumentos prieguenses son la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Fuente de la Salud o las Carnicerías Reales.

Almodóvar

Localidad fotogénica desde casi cualquiera de sus calles por la imponente presencia de una de las fortalezas más famosas de Andalucía. El Castillo de Almodóvar, restaurado entre 1901 y 1936 pero cuyos orígenes se remontan al año 760, cuenta con una torre del Homenaje de 32 metros desde el que se puede observar tanto las estribaciones de Sierra Morena como la llanura de la campiña y los fértiles cultivos de la vega. La hermosa plaza de armas escoltada por sus ocho torres impone al visitante. Almodóvar puede presumir también de la Ermita de la Virgen del Rosario y San Sebastián (siglo XIV) y de su Ateneo Popular, edificado en sus orígenes como casa señorial en 1.777.

Iznájar

“Todo es alto en Iznájar”, escribió Pablo García Baena. Las vistas desde este enclave privilegiado fascinaron también a Rafael Alberti, que dedicó en 1989 su poema “Torre de Iznájar” que concluía así: “¡Por nada yo en esta torre/prisionero quedaría”. Evocador rincón blanco de Andalucía en el que se debe transitar por la Puerta de la Villa, la Cruz de San Pedro y la calle Virgen y del que se deben visitar la Iglesia Parroquial de Santiago y, por supuesto, el Castillo. La Fortaleza, símbolo y génesis de la localidad, comenzó su construcción hacia mediados del siglo VIII, probablemente por constructores hispano-godos, continuándose con sucesivas reconstrucciones y ampliaciones hasta el siglo XV. Imposible decantarse cuál de las vistas de sus seis miradores -Cruz de San Pedro, Las Peñas, Las Tres Cruces, Las Canteras, Cruz del Postigo y Puerta del Rey- es más hermosa.

Hornachuelos

El Caño de Hierro -Cañojierro- es un milagro de la naturaleza. La formación rocosa sobre la cual se asienta el núcleo urbano de Hornachuelos desafía la física. Las cuevas del caño de Hierro, antes refugio y almacén de excedente agrícola, estuvieron sepultadas bajo runa y maleza durante largas décadas, y sólo se mantuvieron vivas en el recuerdo de los mayores del lugar. También fascina el patio de armas del derruido castillo (que ahora semeja el patio de una aseada y orgullosa casa de vecinos), la Posada de Arrieros (declarada lugar de interés etnológico), la Iglesia de Santa María de las Flores y el hermoso mirador sobre el Río Bembézar de la Plaza Blas Infante.

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