Almedinilla se encuentra en un rincón privilegiado del sur de la provincia de Córdoba, casi formando un trifinio con los límites de las fronteras de Jaén y Granada. El blanco vivo de sus mezclas destaca sobre el gris de las rocas de su sierra y el verde de sus olivos. Historia y naturaleza se dan la mano en este pueblo de unos 2400 habitantes y que se encuentra a 118 kilómetros de Córdoba capital, a 11 de Priego y a 45 de Lucena.

Esta localidad, por su ubicación estratégica, ha sido objeto de deseo y conquista por los distintos pueblos que pasaron por la península. Por eso en Almedinilla convergen el yacimiento íbero del “Cerro de la Cruz” con la Villa Romana “El Ruedo”. Ambos declarados bienes de Interés Cultural. Las piezas más destacadas de ambos complejos, como una estatua de Hypnos o las piezas de cerámica íberas, se encuentran en su Museo Histórico-Arqueológico.

Esa herencia ha llevado a Almedinilla a celebrar incluso comidas inspiradas en la cultura romana que siguen el recetario de Maco Gavius Apicius (siglo I ) y durante las cuales se llevan a cabo representaciones teatrales.

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Enclave en mitad de la naturaleza

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La naturaleza es otro de los atractivos de Almedinilla. Desde la sierra de Albayate parte un recorrido de unos 45 minutos que permite llegar -paseando en paralelo al transcurso del río Caicena- a la espectacular cascada del Salto del Caballo. Si se tienen más energías, hay una ruta entre Almedinilla y Priego (10,5 Kilómetros) que forma parte del trazado senderista europeo entre Atenas y Tarifa conocido como GR-7 E-4.

En la localidad domina la imponente presencia de la peña del Pingorote, desde la que se puede disfrutar de una magnífica vista. Lugares como las Llanadas, los Castillejos o la fuente de la República o del León resultan muy evocadores. Igualmente, llama la atención la Plaza de los Cuatro Caños y su Torre del Reloj, que es el monumento más emblemático de la localidad. Una construcción de los años 20 de ladrillo rematada con vistosas tejas verdes que brillan al sol. La torre daba sombra en una placita que antaño fue mercado y hoy alberga al Ayuntamiento. Otras calles por las que relajarse y desconectar son la Calvario, Acequia, Río o Cerrillo.

Almedinilla también permite al visitante disfrutar del sabor de un aceite excepcional y de una gastronomía contundente en restaurantes como “Los Cabañas”, “La Bodega” o “El rincón del Acebuche”. En suma, Almedinilla es un lugar ideal para una escapada en estos tiempos en los que se busca la relajada y sosegada vida lejos de las grandes aglomeraciones.

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