Si la primera quincena de septiembre está marcada por las Fiestas de la Vendimia, la segunda tiene un nombre propio que es protagonista durante todo el año, pero aún con más fuerza en esta fecha. Nuestra Señora de la Merced, Patrona y Alcaldesa Perpetua de nuestra ciudad, salió un año más al encuentro de su pueblo.

Hay detalles que se repiten procesión tras procesión, como el habitual y nutrido cortejo con la representación de todas las hermandades y otras instituciones religiosas. O, por ejemplo, las tradicionales alfombras de sal preparadas por los cofrades más jóvenes, quienes dedican una enorme ilusión y esfuerzo por engrandecer la festividad de su Patrona.

No obstante, cada año es diferente y único, con detalles inéditos que colaboran a ello. Este año, la Virgen portaba una corona que se prestó a la parroquia mercedaria de Madrid en 1968 y que se ha podido recuperar y restaurar. Esto ha coincidido con una efeméride muy especial: este 24 de septiembre se han cumplido 70 años del patronazgo canónico.

Realmente especiales fueron los momentos previos a la recogida. En la última calle, que tiene por nombre el de nuestra Patrona, la juventud fue la encargada de enaltecer a la Virgen. Primero, con una plegaria cantada por varias voces angelicales desde uno de los balcones de la calle. Y luego, a través del tradicional fervorín, antesala del fin de la procesión. Jaime Betanzos, cofrade de Las Viñas, logró expresar en forma de versos todo el amor que siente por la Virgen mercedaria y emocionar a los allí presentes. “Y aunque no la merezcamos, cuando en Jerez la pidamos, danos, Merced, tu sonrisa”. Si así Ella lo concede, el pueblo de Jerez saldrá el año que viene de nuevo al encuentro de la sonrisa de Nuestra Señora de la Merced.