Un Lunes Santo en uno de los barrios con mayor personalidad de Cádiz nos lleva irremediablemente al final de la calle La Palma. Final o principio, todos los caminos llevan al mismo lugar, al encuentro con Jesús de la Misericordia y la Virgen de las Penas.

La calle amanece distinta. No habrá salida procesional por segundo año consecutivo, pero la esperanza se respira en cada rincón y en cada lugar de la calle y su barrio. Solo con asomarte Jesús de la Misericordia saluda a los vecinos. Colocado casi en el dintel de la iglesia con la Virgen de las Penas. Un enorme espejo trasero permite la trasera del crucificado desde la calle. Maravillosa estampa, esperanza para 2022. “Queríamos que hubiera esa cercanía al barrio. El espejo da profundidad y se puede apreciar la visión de todo el barrio, hemos querido que la gente tuviera ese momento de unión con sus imágenes”, explica a los pies del crucificado el hermano mayor de La Palma Francis Lucero.

A pocos metros de la entrada de la puerta, los vecinos se agolpan con tranquilidad. Un vigilante de seguridad va a dando paso a la iglesia y un hermano de la cofradía toma la temperatura. El viento de levante no se nota apenas en el dintel de una pequeña pero coqueta Iglesia. “Es un Lunes Santo complicado pero que nos tomamos con mucha ilusión. Hay que tomárselo todo con otra actitud. Nunca falta alegría en esta calle y en este barrio. Las penas solo el nombre de la Virgen”, apunta Palma, vocal del Grupo Jovén de la archicofradía.

Esperanza e ilusión

Dentro de la Iglesia, el hermano mayor contempla a Jesús de la Misericordia. Nostalgia y el deseo que esta pandemia pase ya. “La gente echa mucho en falta a su Cristo y la Virgen. Los vecinos esperan siempre encontrarse con ellos, aunque están respondiendo muy bien en este día tan bonito por un lado pero complicado por otro. “Las circunstancias son diferentes, ahora tenemos la oportunidad de acercarnos a nuestros titulares. Lo hemos pasado muy mal con con casos de coronavirus, que incluso me han tocado a mi”, reconoce Lucero.

No se puede saber qué pasará el año que viene pero la cofradía de La Palma seguirá ahí esperando el fin de una pandemia que aún no cesa. Francis Lucero prefiere ser cauto. “Predecir que puede pasar el año que viene es complicado. Si podemos salir lo haremos y sino aquí estaremos como siempre”.

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