Cádiz se pone a prueba ante el riesgo real de un tsunami en sus costas: "La autoprotección es clave"
La ciudad acoge este jueves un gran simulacro de evacuación para concienciar a la población sobre una amenaza histórica pero a menudo subestimada

José Antonio Aparicio sobre el simulacro de tsunami en Cádiz
Cádiz - Publicado el
3 min lectura12:19 min escucha
La ciudad de Cádiz se enfrenta este jueves a un simulacro de tsunami a gran escala, una iniciativa fundamental para una zona con un riesgo real debido a su situación geográfica. El ejercicio busca concienciar a la ciudadanía y poner a prueba los planes de actuación ante una catástrofe de esta magnitud. Según José Antonio Aparicio, presidente del Instituto Español para la Reducción de Desastres, este tipo de preparación es crucial para reevaluar el impacto que un evento así tendría en la actualidad, muy diferente al Cádiz de siglos pasados.
Un historial de tsunamis poco conocido
Aunque para muchos sea una sorpresa, la costa gaditana tiene un largo historial de maremotos. El más devastador fue el del 1 de noviembre de 1755, pero los registros históricos documentan otros episodios relevantes. José Antonio Aparicio menciona "un tsunami muy importante en el año 218 antes de Cristo" y otro a finales del siglo IV después de Cristo que afectó a las costas de Portugal, Huelva y Cádiz.
Más recientemente, el 28 de febrero de 1969, se registró el último tsunami en la zona, que provocó una ola de 1,20 metros en Casablanca y de 20 centímetros en Cádiz. Aquel terremoto, de 7,8 grados de magnitud, llegó a parar el reloj del ayuntamiento gaditano. Sin embargo, no todos los maremotos son catastróficos, un hecho que el experto subraya para evitar el alarmismo.
No todos los maremotos son destructivos, y esto es una forma también de tranquilizar a la población"
Fenómenos más frecuentes y destructivos
Aparicio pone en perspectiva el riesgo de tsunamis al compararlo con otros fenómenos meteorológicos más recurrentes y también muy peligrosos. "Para que tengamos un tsunami destructivo como el de 1755, probablemente tengamos que hablar de períodos de recurrencia que pueden ir incluso por encima de los 1.000 años", explica. En cambio, borrascas intensas o mangas marinas tienen una recurrencia "incluso anual".
El experto recuerda eventos destructivos causados por estos fenómenos, como el enjambre de mangas marinas que en 1571 causó "600 ahogados" al hundir parte de la flota en la bahía de Cádiz. Más cerca en el tiempo, en 2010, una manga marina impactó en el paseo marítimo de la ciudad y arrancó una balconera, demostrando el peligro real y frecuente de estas tormentas.
La autoprotección es la clave para salvar vidas
Uno de los mayores obstáculos en la gestión de desastres es la falta de concienciación ciudadana. Aparicio lo atribuye a una "negación instintiva al riesgo", una tendencia psicológica a olvidar u obviar sucesos dramáticos del pasado. "Esa aversión instintiva al riesgo nos hace perder de vista la verdadera capacidad destructiva que tienen algunos fenómenos", advierte.
La autoprotección es verdaderamente lo que salva vidas"
Frente a esta situación, el experto insiste en que la clave es la autoprotección. "Protección civil somos nosotros, es decir, somos los ciudadanos", afirma. Es fundamental que la población conozca unas pautas básicas de actuación. Por ejemplo, ante un peligro exterior como una nube tóxica o una gran tormenta, la medida es el confinamiento, quedarse en casa. Si el peligro está dentro, como en un incendio, la respuesta es la evacuación.
En caso de inundación en una zona baja, se debe realizar una "evacuación en altura", subiendo a pisos elevados. Son ideas sencillas que, según Aparicio, "pueden salvar muchas vidas". El objetivo final del simulacro y de la labor de divulgación es precisamente ese: concienciar a la gente "para que participe de su propia autoprotección".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



