‘Frozen river’: Si quieres sobrevivir, no hay tiempo para el dilema moral
¡Mis queridos palomiteros! ‘Frozen river’: Mujeres desesperadas en la frontera entre el bien y el mal. Hace ya 12 años se estrenaba en salas de cine la sensacional película Frozen river, que ahora, al paso del tiempo, recomiendo sea vista más de una vez. Sólo en esta ocasión estaré de acuerdo con el realizador alocado Quentin Tarantino: “Frozen river es uno de los thrillers más inquietantes que he visto este año”.
La película narra la historia de dos mujeres que llevan inmigrantes ilegales de Canadá a Estados Unidos. Ray Eddy está a punto de comprar la casa de sus sueños para su pequeña familia. De pronto su marido, gran aficionado a las apuestas, huye con el dinero y deja a Ray arruinada y sola con los niños dos días antes de Nochebuena.
Mientras trata de encontrarle conoce a Lila Littlewolf, una chica mohawk que le propone ganar dinero fácil. El plan es arriesgado: pasar inmigrantes ilegalmente por el helado río Saint Lawrence, con patrullas fronterizas en las dos orillas…
‘Frozen river’: Mujeres desesperadas en la frontera entre el bien y el mal
Magnífico drama sobre las trabas de la inmigración que en 2008 recibió 2 candidaturas al Oscar: mejor actriz principal y guión original. Además, en el festival de Sundance de 2007 se alzó con el galardón a mejor película.
Por si fuera poco, la cinta fue distinguida con el Premio “Otra Mirada” que concede TVE a aquellas películas exhibidas en cualquiera de las secciones del Festival de Cine de San Sebastián que “aborden con especial sensibilidad el universo femenino, independientemente de que sean interpretadas o realizadas por hombres o por mujeres”, lo cual ya ha abierto un apasionado debate: ¿Creéis que determina mucho el resultado final de una película, si es director o directora?
Frozen river, opera prima de la directora Courtney Hunt, muestra un retrato bastante desconocido sobre las cuestiones relacionadas con “lo marginal”. Las reservas indígenas del norte de Estados Unidos, en la frontera con Canadá y los territorios colindantes, poseen una apacibilidad externa, pero un conflicto interior significativo. El problema es de tipo económico, pues la precariedad en la que viven no les permite aspirar a una vida mejor, más digna.
Así las cosas, Frozen river es un relato que evidencia sin obstáculos, no tanto el drama del comercio humano, como el egoísmo de una sociedad implacable e insolidaria que presume de globalizada.
La vida, hasta la más miserable, tiene destellos de esperanza
Porque las vidas de Ray y Lila, con sus tristes miserias y a pesar de ellas, son su cruda manifestación. El espejo que refleja la endogamia en la que hemos convertido un mundo hostil, inmune al sufrimiento ajeno. Un lugar donde los que se cuelan por los hipócritas portones fronterizos no tienen cabida. De lo contrario, los trozos a repartir del cada vez más pequeño pastel occidental se verían seriamente reducidos. Mejor continuar con la cabeza vuelta.
Los dos personajes que tan escrupulosamente retrata la película sufren también el rechazo, el de su propio entorno. La norteamericana arriesga su vida y la de sus hijos al no encontrar otras alternativas cuando todo se le ha vuelto en contra. Las razones que mueven a la india mohawk son parecidas, por mucho que ella aparente tener poco que perder.
Por su parte, Courtney Hunt consigue en personajes vistos en otras ocasiones interpretaciones sinceras, a las que libera de estereotipos y redundancias. Para ello se apoya en un guión perfectamente trabado, dialogado y minutado que, sin efectismos de telefilme, cuenta una historia de perdedoras de carne y hueso. La vida, hasta la más miserable, tiene destellos de esperanza.
Aunque los argumentos de temática social en el cine pueden dar origen a retratos quizá algo edulcorados y a veces hasta clónicos, se cuelan de tarde en tarde en las salas. Una de las excepciones es Frozen river, pomposa muestra del mejor cine independiente de Estados Unidos.