El sorprendente color de la leche materna de los flamencos: no es blanco ni rosa
Esta característica ha destapado una conexión biológica entre las personas y estos animales tan curiosos sobre la forma en la que alimentan a sus crías, pero con una diferencia
Flamencos
Madrid - Publicado el
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Probablemente, en el reino animal, haya muchas curiosidades que no sepamos sobre cómo las especies consiguen adaptarse a su entorno, sobrevivir o cómo cuidan a sus crías. A simple vista, un flamenco no parece tener nada en común con un mamífero; sin embargo, ambas clases de animales comparten más cosas de las que nos podemos llegar a imaginar.
El flamenco es una criatura muy llamativa que destaca por su tamaño, sus patas en forma de zancos, su capacidad de quedarse quietos sobre una pata y su gran plumaje rosado. Más allá de su apariencia física, existen determinadas características sobre su biología que los hacen únicos.
El secreto que se esconde detrás del color de su leche
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Quizá una de las cosas más curiosas sea su capacidad de producir leche. Aunque no todas las aves lo hagan, hay determinadas especies como las palomas, los pingüinos emperador y los flamencos que sí tienen esta capacidad para alimentar a sus crías.
La razón por la que desarrollan la capacidad de producir leche es su mecanismo específico de alimentación, que es posible gracias a su pico. Como el pico de las crías no está completamente desarrollado, sus “padres” los alimentan con su propia leche hasta que, a través de su pico, sean capaces de alimentarse por sí solos.
Lo curioso es que esté teñida de un intenso color rojo frambuesa, lo que hace que su tono tan peculiar sea inconfundible. Esta peculiaridad es el resultado directo de su dieta, que incluye algas, crustáceos y otros organismos ricos en carotenoides. Estos pigmentos, responsables de su color, se transfieren a la leche vegetal con un ligero tinte de este color tan especial, lo que garantiza que sus crías adquieran estos carotenoides esenciales para su posterior desarrollo de su plumaje.
La clave de la supervivencia es su adaptación nutricional
Resulta chocante, ya que cuando nos imaginamos a un animal amamantando a sus crías, lo último que se nos venga a la cabeza sea un flamenco. Sin embargo, la leche que producen estas aves es una sustancia semi sólida, rica en grasas, proteínas y células sanguíneas, conocida como “leche de buche”, vital para el crecimiento de sus crías.
Flamenco comiendo
La hormona que estimula la producción de su leche está estimulada por la hormona prolactina, la misma que provoca la lactancia en los mamíferos, aunque en el caso de los flamencos, tanto los machos como las hembras producen esta hormona. Su producción comienza unos días antes de que los huevos eclosionen, asegurando que las crías reciban su primer alimento inmediatamente.
Esta característica no solo destaca por su rareza, sino también por su importancia en la supervivencia de sus crías, convirtiéndose en un fenómeno crucial para el éxito reproductivo de los flamencos.