Activistas de Greenpeace han colgado una pancarta de más de 30 metros en una fachada de la Gran Vía de Madrid en la que, bajo el lema "Las macrogranjas no existen pero cerradlas ya, exigen el cierre de estas instalaciones y de la ganadería intensiva "para acabar con su devastador impacto".

Greenpeace colocó la pancarta este martes y hoy jueves varios activistas han vuelto a colgarse sobre ella para denunciar que las macrogranjas "se están convirtiendo en uno de los principales problemas ambientales de nuestro país", según han indicado en una nota de prensa.

La organización ecologista asegura en su nota que la producción de carne en España "ha crecido casi un 1.000% desde los años 80, frente a poco más del 150% que lo ha hecho en la UE".

Además, señalan que en España "la inmensa mayoría" de los alimentos de origen animal proviene de la ganadería industrial, a la que responsabilizan de contaminar el agua por nitratos y de provocar emisiones de gases de efecto invernadero y de amoníaco.

Los ecologistas advierten también de que el Real Decreto aprobado recientemente por el Gobierno para reducir la contaminación por nitratos seguirá siendo "insuficiente" si no se actúa sobre "la raíz del problema: la ganadería y la agricultura industrial".

Según cifras aportadas por Greenpeace, en España existen actualmente 507.020 explotaciones ganaderas activas, "lo que significa que hay una explotación ganadera por kilómetro cuadrado", la superficie afectada por contaminación por nitratos "alcanza ya casi a una cuarta parte del país" y solo en 2020 "se sacrificaron más de 910 millones de animales para consumo humano".

A la vista de estos datos, la organización ha reclamado al Gobierno "una moratoria inmediata a la ganadería industrial" en España, que se reduzca al menos a la mitad la cabaña ganadera en intensivo para 2030, limitar "a 300 gramos el consumo de carne por persona a la semana" y una apuesta por la ganadería extensiva "agroecológica y de pequeña escala".

Para apoyar sus peticiones los ecologistas han puesto en marcha una recogida de firmas que cuenta ya con 350.000 adhesiones de las 500.000 que pretenden recabar contra las macrogranjas pues, según ha manifestado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España, "incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero, envenenan las aguas, maltratan a los animales y agravan el despoblamiento rural.