1ª feria virgen de los llanos
Oreja de Fonseca con épica de Palacios y Galván, heridos en Albacete
Comenzó la feria de la Virgen de los Llanos con un suspenso ganadero para el hierro local dSamuel Flores, excepto el buen tercero.
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Lorenzo del Rey | Albacete
Y es que Andrés Palacios descorchó la feria taurina con”Peinaguapas” de Isabel Flores. Aquel astado que salió por error al ruedo manchego en la tarde de Morante, ya recordarán ustedes. Y es que fue un toro, a punto de cumplir los seis años, de imponente presencia que blandeó en el capote del albacetense y que no se entregó en ningún momento. Se marcó bien el puyazo pero la primera pelea en varas fue anodina. Tras un quite vistoso y asumiendo riesgos, especialmente en una chicuelina donde Andrés se la jugó. Luego, se vio un tercio de banderillas donde el de Flores se dolió tras notar clavarse cada par. Palacios brindó a Juan Martínez, pregonero taurino de la Feria, y tras las probaturas iniciales, fue hilando faena, sobre todo a derechas, donde midió al toro a media altura, aprovechando cierta movilidad aunque carente de transmisión y sin terminar nunca de entregarse. Al cambiar al toreo al natural, prendió a Andrés, afortunadamente sin consecuencias aparentes -aunque tuvo que pasar a la enfermería al estoquear al toro-, y el torero tuvo que abreviar porque el astado dijo que “hasta aquí”. Dejó algunos muletazos destacables donde Palacios se vació. Mató de estocada caída, tardó en caer, terminó echándose y precisó varios golpes de puntilla.
El cuarto, de nombre “Niñoso”, que Palacios lidió llevando una cornada interna, se golpeó contra el burladero y quedó descoordinado, debiendo ser devuelto por la presidencia. Salió el sobrero “Serrano” también de Isabel Flores, de evidente menor presencia, pasó sin pena ni gloria por el capote de Andrés. Y se desentendió completamente de la suerte de varas en el primer puyazo para medio emplearse sin estilo en una segunda vara. Tras un más que desordenado y deslucido tercio de rehiletes, un Palacios renqueante brindó al público y aunque se puso y dispuso, el nulo juego del toro fue un muro infranqueable. Mató de media y el de Parladé Gamero-Cívico se terminó echando.
“Llavito”, fue a parar al capote de Galván en un recibo donde hubo poco que contar. En varas, se dejó pegar y salió suelto. También se dolió en banderillas y midió cada embestida como si fueran un tesoro. David brindó al cielo y el público para intentar exigirle al de Samuel Flores que blandeó dos veces y llegó a echarse sobre el albero. Los cabeceos y derrotes, terminando con la cara alta, desbarataron el toreo a diestras, aunque le pudo dar algunos naturales a pies juntos y poniéndose de perfil. Galván tiró de recursos, ya más en las cercanías, y mostró que no había más cera que la que ardía. Que, como la casta del toro, era muy poca. Pinchazo soltando y desarme, que partió el estaquillador, y después un pinchazo, le hizo hilo y le prendió, cogiéndole de fea manera por detrás, y debiendo ser llevado de urgencia a la enfermería, quedando la plaza visiblemente conmocionada.
Ya en el quinto, llamado “Sangrito”, al que Galván recibió de percal con una cornada interna en el muslo derecho, con verónicas muy particulares. Al salir suelto de una vara con poco que contar, dio un susto arrollando a un banderillero, sin herirlo, gracias a Dios. Tras otro tercio sin orden ni concierto en banderilleras, David únicamente pudo evitar que le prendiesen porque el toro se arrancaba para no dejar prisioneros. Poca casta y muchas malas intenciones. Se tiró saliéndose, dejando media atravesada y sumando después un golpe de descabello.
El tercero, para Fonseca, “Maño” de nombre, se defendía más que embestía de capote, e Isaac tuvo que porfiar con él. Sinfonía del estribo en el peto, cabeceando el toro y saliendo raudo de la suerte. Volvieron a dolerse en banderillas los toros y Fonseca brindó al público, yéndose al centro del ruedo y citándolo en pases desde la larga distancia, con de frente por detrás incluido. Sumó una serie con transmisión que fue bien recibida por el público, añadiendo una más donde aprovechó el viaje, idéntico guion al natural. Eso sí, a su estilo le dio faena pero faltó mando y domeñar por completo al toro con opciones reales de triunfo. Isaac lo mató de espadazo algo caído y cortó una oreja, la primera de la Feria. El de Samuel Flores bailaba una jota manchega y Fonseca le planteó un Jarabe tapatío.
Y al sexto, “Flanero”, le dio fiesta con el capote de primeras el mexicano, empujando luego con un pitón y la cara alta en la primera vara y otra que no mejoró la nota del primer tercio. En banderillas, de nuevo, las cuadrillas no lo vieron claro ante las dificultades del toro y se terminaron poniendo, que no fue poco. En la muleta, otro insustancial capítulo donde el descaste fue, de nuevo, la tónica habitual. Nada que hacer, vaya. Y con la espada, tres pinchazos hasta que terminó echándose, poniendo fin a un inicio de Feria a paso cambiado.