El Gobierno regulará la sobreexposición infantil en redes
8 de cada 10 niños están en Internet antes de cumplir los 2 años
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8 de cada 10 niños están en Internet antes de cumplir los 2 años y 9 de cada 10 padres publican fotos o vídeos de sus hijos en redes sociales al menos una vez al mes.
El sharenting es una práctica muy extendida que no está exenta de riesgos. Puede hacerse por amor, orgullo o el deseo de compartir momentos familiares, pero con estas imágenes podemos vulnerar gravemente la intimidad, seguridad y bienestar de nuestros hijos.
Un tema delicado que se extiende más allá de la familia y que ahora quiere regular el Ministerio de Juventud e Infancia.
Una necesidad si tenemos en cuenta que el 72 por ciento del material incautado a pedófilos son imágenes cotidianas no sexualizadas de menores según datos la Policía Nacional y de la Fundación SOL que manejan también en el Comité de Personas Expertas para el Desarrollo de un Entorno Digital Seguro para la Juventud y la Infancia del Ministerio de Juventud e Infancia.
Laura Cuesta es profesora de Comunicación y Estrategia digital y forma parte de ese grupo de asesores. Explica a COPE el marco de la regulación en la que trabaja el Gobierno: “hay una sobreexposición muy grande, no solo ocasional, y que a veces también busca la monetización de las imágenes de los hijos en redes sociales por parte de sus partes. Estamos viendo que también se produce por parte de los centros escolares y de los docentes".
"Hay una amplia gama del concepto y de lo que se trata es de proteger mejor la identidad digital de los menores, no porque ellos tengan redes sociales, sino porque sus adultos de referencia están publicando fotos suyas en redes sociales", añade la profesora.
Comunicación y consentimiento desde la infancia son claves
"Los padres deben reflexionar y también hablar con sus hijos desde la etapa preadolescente para limitar los riesgos que implica publicar fotos y vídeos suyos online y recuerda que a partir de los 14 años pueden decidir que imágenes se pueden postear y cuáles no" explica Cuesta, autora de 'Conectados' y 'Crecer con pantallas'.
La psicóloga Elena Dapra va más allá. Considera que "más o menos a partir de los 6 o 7 años se puede empezar a explicar el concepto de privacidad y, sobre todo, pedir su opinión. A partir de los 12 años debería ser una norma. Obviamente, pedir permiso no solo protege su intimidad, sino que también fomenta la responsabilidad digital y el respeto mutuo".
El 89 % de las familias publica contenidos de sus hijos al menos una vez al mes en redes sociales, el 23% de los niños tiene presencia en línea incluso antes de nacer porque sus padres publican imágenes de las ecografías durante el embarazo.
Este porcentaje se dispara rápidamente, hasta el punto de que el 81% está en Internet antes de cumplir los 6 meses, según un estudio de la firma de seguridad informática AVG en 10 países, entre ellos, España.
El sharenting tiene, sin embargo, consecuencias para la seguridad de los menores, incluso aunque las imágenes no tengan ningún tipo de connotación sexual, pueden ser igualmente descargadas o manipuladas sin nuestro consentimiento por parte de terceros con propósitos ilícitos.
También afecta a su privacidad con una huella digital que otros han generado y que puede impactar en su vida tanto adolescente como de mayores y finalmente puede pesar en su bienestar y en su salud mental.
"En consulta veo con frecuencia las consecuencias de esta exposición temprana: niños y adolescentes que sienten que su vida ha sido contada sin permiso y que no tienen control sobre su imagen o que incluso sienten vergüenza por publicaciones que han hecho sus padres años atrás", señala Dapra.
¿Qué tener en cuenta antes de hacer un post con menores?
Esta psicóloga recomienda plantearse 3 cosas: "la primera es si estoy protegiendo la privacidad de mi hijo o satisfaciendo una necesidad mía de reconocimiento o de aprobación; la segunda es ¿qué sentiría él o ella si viera esta imagen dentro de unos años? Y la tercera, ¿qué puede pasar con esta imagen en Internet?"
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Tanto desde la Fundación SOL como desde la Asociación Española de Protección de Datos (AEPD) aconsejan que antes de publicar un vídeo o imagen de un menor de edad debemos:
- Pensar antes de publicar, especialmente en vacaciones o fechas señaladas, momentos en los que se tiende a compartir más contenido en redes sociales.
- Evitar compartir imágenes con uniformes escolares o en un entorno que pueda revelar información privada del menor.
- Respetar la privacidad de otros menores en eventos escolares o familiares.
- No normalizar el sharenting, cada like a publicaciones en las que aparecen menores refuerza una práctica que puede ser dañina.
- Atender al menor, no a la cámara: la mejor conexión es sin pantallas de por medio.
- Pedir a familiares y amigos que no compartan imágenes de tus hijos.
- Dar ejemplo: si queremos que los menores respeten su privacidad, empecemos por mostrar cómo
- No hay sharenting seguro, una vez que compartes, ya no puedes controlar el destino de esa imagen. Por ello, debemos evitar esta práctica en la medida de lo posible
¿Qué medidas debe incluir la nueva regulación?
La normativa que busca proteger de las consecuencias negativas de esa sobreexposición para la salud, el desarrollo y el bienestar del menor debe, según los expertos, incluir una mayor concienciación por parte de los padres y de los profesores de que perdemos el control de lo que publicamos online y sobre el concepto de privacidad y de protección de nuestros datos y de nuestra imagen.
"Se deben hacer campañas educativas dirigidas a las familias, protocolos claros en colegios y plataformas digitales y criterios de supervisión conjunta entre las autoridades, los educadores y los profesionales de la salud mental", subraya Dapra.
Los cambios que impulsa el Ministerio de Juventud e Infancia afectarán a la Ley Orgánica de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) y la Estrategia Nacional de Protección al Menor y se trata de introducir normativa para regular las consecuencias ante cualquier incumplimiento en materia de sobreexposición de menores en Internet, además de impulsar medidas de concienciación y de formación para las familias y de legislar para responsabilizar también a las plataformas.