El síndrome de Stendhal: Un trastorno psicológico que afecta a algunos turistas que viajan a Florencia
Vértigos, taquicardias o palpitaciones son algunos de los síntomas de esta enfermedad. Se produce como consecuencia de una elevada exposición a grandes obras maestras

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Madrid - Publicado el - Actualizado
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Florencia es uno de los destinos más deseados por los turistas para visitar. Una ciudad italiana en la que, mires donde mires, estás rodeado de arte. Desde las gloriosas esculturas de Miguel Ángel ('El David' o 'La Piedad'), pasando por los frescos de la cúpula del Duomo, hasta contemplar los bellos cuadros de Botticelli. Sin embargo, no todo en este lugar es maravilloso y es que muchos viajeros experimentan el llamado síndrome de Stendhal, un trastorno psicosomático derivado de la alta exposición a grandes obras de arte. Los síntomas que pueden aparecer son: un ritmo cardíaco muy elevado, temblores, palpitaciones, vértigo o alteraciones como las alucinaciones o el delirio.
Este síndrome debe su nombre al escritor francés Marie-Henri Beyle (cuyo seudónimo era Stendhal), quien en 1817 visitó la ciudad y escribió que "experimentaba una especie de éxtasis por la idea de estar en Florencia. Me sobrecogió una feroz palpitación del corazón. El manantial de la vida se secó dentro de mí, y caminaba con el miedo constante de caer al suelo". En el siglo siguiente, en 1989, fue considerado como un trastorno psicológico por la psiquiatra Graziella Magherini. La doctora examinó a 106 pacientes que habían ido como turistas a Florencia. Todos ellos presentaban mareos, palpitaciones, alucinaciones y despersonalización tras haber contemplado las magníficas obras del lugar.
'El nacimiento de Venus' como detonante
Estos individuos sufrían ataques de pánico como consecuencia del impacto que les producía ver las grandes obras maestras. Además, este problema sigue existiendo en la actualidad. Se estima que hay entre 10 y 20 casos anualmente, en personas muy sensibles o que llevan mucho tiempo esperando a visitar el lugar. Los expertos aseguran que 'El nacimiento de Venus' de Botticelli parece ser un detonante de este síndrome. Trabajadores de la Galeria degli Uffizi han confirmado que tuvieron el caso de una persona que sufrió un ataque epiléptico mientras observaba el cuadro. También un hombre de 68 años tuvo un ataque cardíaco en el año 2018.
La historia de este último fue muy reportada por los medios de comunicación de todo el mundo. El varón, llamado Carlo Olmastroni, declaró que mientras admiraba la obra sintió que sus recuerdos se desvanecían. Este acontecimiento fue informado por la prensa como el último caso conocido del síndorme de Stendhal. No obstante, el diagnóstico fue el cierre de dos arterias coronarias. Finalmente, Carlo logró superarlo y se encuentra totalmente recuperado. Los expertos en psiquiatría se encuentran con la dificultad de que los síntomas del síndromde son muy similares a los de otras enfermedades mentales generales.
Podría tratarse de ansiedad, no de un síndrome
Los empleados de Uffizi aseguran que muchas personas que pasan por la galería tienen la sensación de estar enfermos, pero esto podría deberse a que es un espacio cerrado con demasiada gente, lo cual produce ansiedad y agobio, no un síndrome. Los psiquiatras comentan que al observar una obra de arte, se activan ciertas áreas del cerebro que desprenden dopamina, una hormona que nos hace sentir bien. Sin embargo, los expertos apuntan que aún no se ha ratificado el síndrome como un trastorno mental.
Es más, hay quienes asocian el síndrome de Stendhal con el síndrome de Jerusalén, delirios religiosos o espirituales que padecen los individuos que visitan esta ciudad santa. De la misma manera, se puede relacionar con el síndrome de París, cuando los turistas que visitan la capital francesa sufren síntomas psiquiátricos al comprobar que el sitio no cumple con sus expectativas. Se podría decir que el famoso "síndrome del arte" no es exclusivo de Florencia, ya que también sería normal que ocurriese en Venecia o Verona, otras dos ciudades italianas compuestas casi en su totalidad por magníficas obras arquitectónicas y pictóricas. Cualquier ciudad donde reine el arte puede ser la causante de esta afección psicológica.