Educación ha publicado un listado con 627 herramientas digitales y su correspondiente clasificación (roja, amarilla y verde) para que el alumnado y el profesorado comprueben si la política de seguridad de estas aplicaciones es completa.

El Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes) ha analizado software libre y no libre, repositorios, plataformas, web de contenidos digitales etc, todas ellas gratuitas o que cuentan con una versión gratuita o de prueba.

Con carácter general, advierte de que no deben emplearse plataformas, herramientas o aplicaciones distintas de las suministradas por la administración educativa o el centro de enseñanza.

Orientaciones sobre el uso de herramientas digitales incluye un listado de 627 herramientas clasificadas en atención a su grado de cumplimiento con la legislación europea en materia de protección de datos de carácter personal.

Recomienda asegurarse de que los proveedores facilitan información de forma transparente y clara, permitiendo conocer al usuario dónde están sus servidores, quién es el responsable del tratamiento de los datos, con qué fin se van a usar los datos, si existe la posibilidad de comunicaciones de datos a terceros (y su identidad) o cuáles son las medidas de seguridad facilitadas por la herramienta o aplicación.

El semáforo o códigos de colores que utiliza es el siguiente: Verde (puede ser empleada por el docente); amarillo (puede ser usada con ciertas restricciones y/o precauciones), y rojo, no debe utilizarse.

Entre otros datos, el listado explica la principal funcionalidad de cada aplicación; si es software libre; si requiere registro del usuario y el enlace a su política de privacidad.

Una de las recomendaciones básicas que recoge el texto es limitar al máximo los datos de carácter personal del alumnado: "se limitarán a los mínimos posibles y estarán anonimizados o seudonimizados".

Por tanto, en principio, no se puede pedir al alumnado que emplee herramientas que exijan un registro, usando su nombre y/o su cuenta de correo electrónico, por ejemplo, pero sí aquellas que permitan un uso anonimizado o seudonimizado a través, por ejemplo, del uso de un código.