¿Me puede despedir un algoritmo?
Los expertos explican en COPE que la Inteligencia Artificial puede discriminar o cometer ilegalidades en la selección de personal y no hay una ley que lo impida

¿Me puede despedir un algoritmo?
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Inteligencia Artificial (IA) se utiliza en numerosos ámbitos de nuestra vida y es más que frecuente en el terreno militar, científico o de seguridad ciudadana. Consiste en analizar los millones de datos que generamos con nuestra actividad digital diaria y darle una utilidad a esa información.
Como ejemplo del volumen de datos del que estamos hablando, cada día se envían 100.000 millones de mensajes a través de WhatsApp y cada individuo genera 1,7 MB de datos/segundo, según el último informe trimestral de Facebook. Además, el informe Digital 2021 del pasado mes de julio confirma que hay casi 5 mil millones de usuarios de Internet, cerca del 61% de la población mundial, y el número de usuarios de redes sociales ha aumentado más del 13 % desde julio de 2020, lo que equivale a más de 500 millones de usuarios en sólo 12 meses.
Todos estos datos se han convertido en la base de la transformación digital, como reconoce en COPE María José López Álvarez, profesora de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad de Comillas ICADE, que considera que “la Inteligencia Artificial está encontrando cada vez más aplicaciones. No solo en recursos humanos, sino en seguridad ciudadana y muchos otros ámbitos. Sin embargo, como es algo relativamente recientes, todavía no hay una regulación legal. Cuando exista, que ya se está impulsando desde Europa, probablemente podrán resolverse algunos de los problemas que ahora mismo plantea”.
Sindicatos como UGT han pedido a la Comisión Europea que apruebe esta Ley de Inteligencia Artificial que regularía, entre otros aspectos, la relación laboral basada en los algoritmos.
MI JEFE ES UNA MÁQUINA
Un estudio realizado por la Universidad de Berkeley, California, demuestra que la sociedad actual es capaz de producir más datos en dos días que en siglos de historia. Para entenderlo, hay que saber que las palabras pronunciadas desde que existe la humanidad se pueden almacenar en 5 exabytes de datos. Esa cantidad es similar a la información que ahora se genera en solo 48 horas.
Un volumen de datos que se ha convertido en la base de la IA, cuya revolución en el mundo empresarial hace que cada vez sean más las compañías que incorporan esta tecnología en tareas esenciales para sus negocios. Sirve para la automatización de procesos, el análisis de tendencias de consumo o la mejora de la eficiencia operativa, pero no podemos olvidar que crean patrones de productividad y exigencias que no siempre son fáciles de cumplir por parte de los trabajadores de una empresa.
La alarma ha llegado cuando el Big Data de una empresa rusa de videojuegos despedía a 150 trabajadores que consideraba improductivos. Un algoritmo decidió que los desarrolladores de Xsolla pasaran a engrosar las listas del paro porque escribían poco en el chat de la empresa, entre otros parámetros incumplidos.
Sin embargo, María José López Álvarez nos tranquiliza porque cree que nunca podrá sustituir a los departamentos de recursos humanos. La profesora de Derecho del Trabajo explica en COPE que “en lo que se refiere a RRHH, es difícil hacer predicciones, pero seguramente la Inteligencia Artificial ayudará y completará la labor de RRHH, aunque es difícil que llegue a sustituir completamente la labor humana, la labor de las personas. Se está detectando que según la información que maneje, la IA puede presentar sesgos que pueden traducirse en discriminación y que pueden conducir a resultados indeseados o incluso ilegales. Por lo tanto, eso es lo que hay que controlar y ahí es donde seguiría teniendo un papel fundamental la labor humana”.
EL CONTROL DE LOS RIDERS
El Real Decreto-Ley aprobado en España el pasado mes de agosto reconoce por primera vez en el ordenamiento jurídico-laboral español la figura de los algoritmos en una profesión como la de los repartidores. Sin embargo, uno de estos riders que prefiere guardar el anonimato explica en COPE que “eso no impide que dejemos de cobrar si esos pedidos van para repartidores más productivos por decisión de una máquina”.
La profesora universitaria María José López Álvarez explica en COPE que “la nueva Ley de Riders que tenemos desde hace menos de un mes obliga a la empresa a comunicar a los representantes de los trabajadores cual es el algoritmo en el que se basa la asignación de los pedidos. Se hace, precisamente, para dar transparencia y evita esos sesgos que se producían”.
Una regulación de los riders que pretende acabar con la opacidad de los algoritmos, obligando a las empresas a informar a los empleados sobre los sistemas de inteligencia artificial para el reparto de los pedidos. El problema, nos dicen en COPE desde CCOO, está en que la ley se queda corta y debería implementarse en todos los sectores.