La Ciudad Autónoma de Melilla ha descartado continuar con el toque de queda y el cierre perimetral a partir del 9 de mayo tras la finalización del estado de alarma, pero sí ha anunciado su intención de solicitar la ratificación judicial para limitar las reuniones a un máximo de seis personas y los aforos en lugares de culto.

El consejero de Economía y Políticas Sociales, Mohamed Mohamed Mohand, ha dado a conocer este jueves en rueda de prensa la postura de Salud Pública, con la que se pondrá fin a unas restricciones a la movilidad que en Melilla se llevan aplicando desde hace seis meses, cuando empezó el estado de alarma a finales del mes de octubre.

Por lo tanto, a partir del 9 de mayo, no habrá restricciones a la movilidad nocturna y se podrá entrar y salir de Melilla sin tener que alegar una causa justificativa, aunque se mantendrá la posibilidad de realizar test de antígenos a las personas que lleguen a la ciudad, de manera voluntaria, tal y como se lleva haciendo desde Navidades.

Respecto a las reuniones, el consejero ha señalado que, en lugar de un máximo de cuatro no convivientes en espacios públicos, como se permite ahora, la limitación será más liviana y permitirá un máximo de seis tanto en espacios públicos como privados, algo que requerirá ratificación judicial.

La decisión de Salud Pública contrasta con la opinión del presidente de Melilla, Eduardo de Castro, que minutos antes, en otra comparecencia, se ha mostrado partidario de continuar controlando el horario nocturno, sobre todo los locales de ocio, para evitar fiestas clandestinas, si bien ha recordado que eso no dependía solo de él.

"Si hay que hacer limitaciones, que no sean un toque de queda en toda regla, algo habrá que hacer respecto a este tema", ha dicho De Castro tras exponer que, a su juicio, el estado de alarma "a lo mejor tendría que continuar, pero rebajándolo", de manera que la intensidad de las medidas fuera disminuyendo de forma paulatina conforme fuera aumentando la inmunidad hasta "llegar a la normalidad".