Los piojos ya atacaban a los dinosaurios: la exitosa historia del parásito del pelo
El estudio publicado por Nature Ecology & Evolution confirma a este insecto como uno de lo más longevos con 193 millones de años historia y una diversidad de más de 5.000 especies

Los dinosaurios con plumas también sufrÃan a los piojos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La historia del piojo es la historia del rechazo y la superación. Casi imperceptibles, estos pequeños insectos siempre han cargado a sus espaldas la mochila de la mala reputación por parte de la raza humana. Enemigo de los niños, más si cabe de sus padres, los piojos llevan 193 millones de años haciendo un ejercicio de supervivencia extrema. Pese a no tener alas y su microscopico tamaño, los últimos estudios recogidos en la revista Nature Ecology & Evolution relatan la historica resistencia que les caracteriza desde su aparición en la época de los dinosaurios.
Atendiendo al estudio de rastreo a su origen realizado por un equipo internacional, el cual cuenta con participación española, y publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, es posible afirmar que los piojos son de los primeros mamíferos existentes. Estos surgieron en el ancestro común de los afroterios, un grupo de mamíferos que vivían en el territorio que hoy es África y al que pertenecen los elefantes, los damanes y las ratas elefante. Asimismo, cabe resaltar que estos fueron pasando de una especie animal a otra, donde habitaban en ella, hasta llegar a los humanos.
"Hace aproximadamente 75 millones de años que se produjo la separación entre los piojos de mamíferos afroterios y el resto de mamíferos placentarios. El origen de todos los piojos se estima que se produjo hace 193 millones de años", declara Jorge Doña Reguera, investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Granada que ha colaborado esta investigación.
"Hasta ahora se desconocía el origen de los piojos de los mamíferos placentarios. Además, en este trabajo reconstruimos la historia de codiversificación de piojos y mamíferos usando el conjunto de datos genómicos más completo que se ha usado hasta el momento", añade Doña.
Al dato de su origen, cabe resaltar que el estudio muestra que existen más de 5.000 tipos de piojos: "Generalmente cada especie de piojo está asociada a una única especie de hospedador, y son parásitos permanentes de animales, es decir, nunca abandonan a su hospedador y se transmiten principalmente de padres y hijos". Es decir, resultante de esto surgen especies propias de piojos en función de otros seres (Elefantesd - 'Haematomyzus elephantis').

Piojo.
Partiendo de esta base, llama la atención que pese a haber más de 5.000 en lo relativo a los humanos solamente hay detectados dos tipos de piojos: "Pertenecen al género Pediculus. Por un lado está Pediculus humanus, que incluye dos ecotipos P. humanus humanus -el piojo de la cabeza, que es el más prevalente- y P. humanus capitis -el piojo del cuerpo o ropa, más infrecuente y asociado a malas condiciones de higiene-", manifiesta el investigador. Del mismo modo. están los Pthirus pubis, los piojos del pubis o ladillas que se pegan al vello púbico o a la piel de la zona de los genitales.
Como ya es conocido, este insecto habita en nuestro cabello para allí succionar sangre para así alimentarse. Curiosamente sobre la cabeza tienen preferencia sobre la zona de la nuca y detrás de las orejas. En cuanto a su movimiento, pese a no poseer alas, tienen mucha facilidad para ir de un pelo a otro.
El mérito del estudio yace en que pese a su larga historia evolutiva, existen muy pocas muestras fósiles para su estudio: "Solo se conoce un fósil completo, Mesophthirus engeli, de hace 100 millones de años.También, se conoce una silueta de un piojo más reciente, Megamenopon rasnitsyni, de hace 44 millones de años", explica.
Como ya sucede en otro tipo de estudios de indole similar, el etanol se marca como sustancia vital para su conservación. Lo piojos se sumergen este alcohol etílico para el posterior análisis de su ADN: "Una vez extraído, secuenciamos el ADN y ensamblamos 2.395 genes codificadores de proteínas, que fueron los que se usaron para inferir el árbol filogenético", explaya Jorge Doña. Puede parecer algo de limitada importancia pero para poder entender y comprender con totalidad a los animales en general es necesario comprender a estos parásitos. La distribución de las especies animales en las que viven y los procesos evolutivos que han seguido son claves para extraer más información.
El piojo se ha relacionado siempre con la falta de higiene y un enemigo para el hombre. Desmitificando esa idea, al igual que otros seres vivos, este insecto tiene su papel ecológico: "Entre otras cosas, los parásitos son una parte muy importante de biomasa para los ecosistemas, por ejemplo de cara a otros organismos que depredan sobre ellos", señala el investigador, que ofrece otro ejemplo sobre la complejidad de estas relaciones. "Los ácaros de las plumas de las aves (posibles ectosimbiontes permanentes que limpian las plumas de las aves) mudan dentro de los huevos ya eclosionados de piojos de las aves (también ectosimbiontes de las aves)", señala el investigador, que subraya no obstante que "aún nos queda mucho por saber sobre estos sistemas".
Prevenir antes que curar
Casualidad o no, la llegada de los piojos siempre va asociada a la vuelta al cole. Realmente en este mes suele conllevar consigo un aumento en los casos de pediculosis o infestación por piojos, sobre todo entre los niños. El error parte en que en los meses previos no se vigile el tema, ya que existen muchos contactos estrechos fruto de los campamentos o parques infantiles. Para evitarlo, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomienda no compartir gorros, peines o toallas y que los niños y niñas con el pelo largo se lo recojan.
La nota curiosa se la llevan las fotografias compartidas. La práctica de hacerse selfies con otras personas ha aumentado los casos de pediculosis entre adolescentes y adultos.
Otro problema es el frecuente mal uso de los productos para combatirlos. La AEMPS subraya la importancia de seguir las instrucciones del envase, no mezclar distintos productos pediculicidas (puede ser peligroso) y no usarlos de forma preventiva, ya que esto disminuye su eficacia. Es decir, sólo hay que utilizarlos cuando haya piojos vivos o liendres (sus huevos). En el caso de personas que se infesten de forma repetida, pueden probar los repelentes de piojos.