Una de las cosas que hemos aprendido desde que comenzó la pandemia es que funciona a base de oleadas a las que solemos hacer frente extremando las medidas de prevención cuando supera las ratios que nos marcas el grado de riesgo.

En España, la quinta ola empieza a dar tregua a los hospitales en estos momentos, con un descenso de los enfermos de covid-19. Los últimos datos del Ministerio de Sanidad comunican 1.921pacientes críticos con la enfermedad (20,7 % de ocupación en UCI).

Desciende en su conjunto la presión hospitalaria, aunque nadie se atreve a pronósticas cual será el punto más bajo que alcanzaremos en esta ocasión, a solo quince días de que empiecen a regresar a sus lugares de origen todos los que están de vacaciones.

El doctor Salvador Macip, profesor e investigador de Ciencias de la Salud de la UOC, recuerda en COPE que “estamos en plena quinta ola debido, en parte, a aparición de la variante delta (mucho más contagiosa) y a nuestra relajación después de la vacunación”.

De hecho, el director del Centro de Vacunas de Oxford, Andrew Pollard, advertía recientemente de que lograr la inmunidad de grupo ante el coronavirus "no es viable" una vez la variante delta se ha hecho la dominante. Este investigador lideró el diseño de la vacuna de AstraZeneca contra el covid-19 y cree que los programas de vacunación no deben basarse en la idea de lograr esa "inmunidad de rebaño".

SEXTA OLA

Los ensayos clínicos de nuevos antígenos continúan en laboratorios de todo el mundo, incluidos los españoles, aunque todavía no hay una vacuna que impida al 100% la infección por Sars-CoV-2. De momento, solo tenemos unas que son capaces de bajar la carga vírica, por lo que hay menos transmisibilidad.

Pero eso no impedirá que se vuelva a repetir el proceso ya conocido y el investigador de la UOC reconoce en COPE que “la sexta ola podría ser muy posiblemente en otoño, con un repunte de casos relacionados con la relajación que hemos visto este verano, aunque supiéramos que la variante Delta estaba circulando por todas partes”.

Su intensidad, añade el doctor Macip en COPE, “dependerá de cómo seamos capaces de atajar los nuevos casos cuando empiecen a aparecer. Sin embargo, tanto la sexta como las siguientes oleadas tendrán la característica de contar con una mortalidad muy baja, debido a las vacunas”.

Las vacunas nos han permitido reducir la mortalidad a mínimos y eso demuestra que funcionan a la hora de frenar los casos más graves, aunque no para evitar los contagios. Lo demuestra el hecho de que la actual ola ha sido bastante alta tanto en España como en Europa a pesar de los elevados porcentajes de vacunación en el continente.

FIN DEL CORONAVIRUS

Es posible que a la sexta ola le sigan otras, cada vez menores, según aumente el porcentaje de población vacunada en todo el mundo.

Un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) y publicado esta semana en la revista en la revista 'Science Advances' “podría comportarse como otros coronavirus del resfriado común, afectando sobre todo a los niños pequeños que aún no han sido vacunados o expuestos al virus”.

Sin embargo, el profesor Macip expresa su temor en COPE de “el riesgo de que aparezca una variante e, incluso, una cepa nueva que eche todo esto a perder. Otro factor determinantes es que “ el virus evoluciona, por suerte, lentamente si lo comparamos con otros virus, como el de la gripe. Eso facilitará esta carrera actual entre la vacunación y el virus” añade este investigador catalán.

IGUAL QUE LA GRIPE

¿Vamos a ser capaces de vacunar a un porcentaje de población importante antes de que el virus cambie y se vuelva más agresivo? Este es uno de los factores que determinará si habrá más olas y cómo serán de intensas. Por eso, investigadores como el doctor Salvador Macip explican en COPE que “el riesgo de que aparezca una variante nueva, como ha ocurrido con la delta en esta quinta ola, no llevará a periodos de mayor incidencia, incluso que las actuales, pero con una mortalidad seguramente baja mientras no aparezca una variante que se escape de las vacunas que es algo poco probable”.

En los próximos años, puntualiza el equipo estadounidense-noruego de la Universidad de Pensilvania,”acabaremos viendo que el SARS-COV2 se convierte en un virus más de los que tenemos incorporados en nuestra sociedad, como el de la gripe o el resfriado común, pero ya no será pandémico aunque siga generando mortalidad”.

“Seguramente irá apareciendo a brotes”, concreta en cope el profesor Macip, “que pueden ser estacionales y que pueden depender de muchos factores. Por eso, es probable que haga falta revacunar a una parte de la población como hacemos cada año con la gripe, mientras que el resto de los ciudadanos experimenten la enfermedad como un resfriado gracias a los anticuerpos que haya desarrollado”.

Los últimos datos facilitados por Our World in Data sobre la vacunación en el mundo demuestran que el 30 % de la población global ya cuenta con al menos una dosis. Son casi 2.400 millones de personas, una cuarta parte de la población mundial, aunque existen grandes diferencias entre continentes.

Por eso, el profesor de la UOC explica en COPE que “cuando la cobertura de la vacuna esté generalizada en todo el planeta y con resto de las restricciones sanitarias harán que el virus circule cada vez de forma más limitada. Porque el coronavirus es un problema global y no podemos pensar en el final de la pandemia hasta que la vacunación tenga un buen porcentaje de vacunación en todo el planeta. Mientras siga circulando, habrá posibilidades de mutaciones y variantes más agresivas que causen problemas.