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Así se diagnostica la Helicobacter Pilory: Una de las bacterias estomacales más frecuentes y menos tratadas

El 40% de los españoles sufren una infección por la Helicobacter Pilory y no lo saben. La bacteria puede tener efectos graves como úlceras o cáncer estomacal

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Inés Escudero

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 12:55

Al menos un 40% de los españoles tienen ahora mismo laHelicobacter Pylori habitando en sus estómagos y muchos no serán conscientes de ello, puesto que no suele presentar síntomas, tan solo a un 10% o 25% de los pacientes. Se trata de una bacteria que puede peligrosa y generarnos bastantes problemas de salud. Además, no solo afecta a la población española, si no que su amenaza está presente en muchos otros países, sobre todo en aquellos con peores condiciones sanitarias (afectando al 80% de los ciudadanos).

Este patógeno fue descubierto en 1983 por Robin Warren y Barry Marshall. En general, la infección se suele dar en los niños y es complicado que se vuelva a contagiar de adulto (aunque no es imposible). Además, la bacteria provoca una gastritis crónica al inflamarse el estómago como respuesta a la infección. La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) explica que no hay que infravalorar esta infección, ya que puede resultar peligrosa puesto que "se ha demostrado que es la principal causa de la úlcera gastroduodenal y sus complicaciones y también se conoce su papel patogénico en el desarrollo del cáncer gástrico y el linfoma MALT gástrico".

Infección y síntomatología

La Helicobacter Pylori es una bacteria con forma de espiral que posee unos flagelos en un extremo, lo que le permite el movimiento. La infección se puede producir por el contacto directo entre dos bocas, como consecuencia de haber ingerido agua o algún alimento contaminado, también por haber estado en contacto con heces o vómitos. En cuanto a la sintomatología, en la mayoría de los casos es asintomática, aunque puede ser que el paciente sufra un dolor estomacal al terminar de comer, así como náuseas o sensación de pesadez.

En ocasiones, las personas desarrollan úlceras gástricas o en el duodeno, que tampoco tienen por qué presentar unos síntomas claros. Sin embargo, algunas veces sí se padecen algunos como dolor o molestia en la parte alta y central del abdomen, bajo en esternón, saciedad precoz, falta de apetito, náuseas y vómitos. Menos habitual es que la gastritis crónica derive en una gastritis atrófica, cambios en la capa interna del estómago (mucosa gástrica). Es muy poco frecuente desarrollar cáncer gástrico por una infección por Helicobacter pylori. Sin embargo, al ser la infección por esta bacteria tan común, hay que tener en cuenta dicha posibilidad, estando indicado el tratamiento erradicador para Helicobacter pylori en pacientes con antecedentes, es decir, familiares directos que han pasado un cáncer gástrico.

Técnicas de diagnóstico

Para detectar la infección por Helicobacter Pylori, se pueden realizar cuatro métodos distintos. No obstante, la FEAD explica que hay que tener en cuenta que el diagnóstico se puede ver afectado en cualquiera de los test "por el uso de los inhibidores de la bomba de protones, es decir, el omeprazol y derivados, ya que tienen actividad anti-H. pylori. Por ello deben suspenderse 14 días antes de realizar el test. Lo mismo ocurre con los antibióticos, si bien estos deben suspenderse al menos 4 semanas antes del test".

  • Test del aliento: es la mejor prueba y la más simple. El paciente debe tomarse una pastilla que contiene moléculas de carbono marcadas que pasa a la sangre y de ahí a los pulmones, expulsándose a través del aliento. Por lo tanto, el individuo solo tiene que ponerse un tubo en la boca y soltar aire en una bolsa, que se analiza y en pocos minutos se tiene el resultado.
  • Gastroscopia: es la técnica más invasiva de todas. Con un endoscopio o tubo flexible que se introduce por la boca, se analiza toda la pared del estómago buscando cualquier signo de inflamación. También se extrae una muestra de la mucosa.
  • Test serológico: mediante una prueba de sangre se busca si el paciente tiene anticuerpos de la bacteria Helicobacter Pylori.
  • Análisis de heces: la persona lleva unamuestra de sus heces al laboratorio donde serán analizadas, buscando proteínas asociadas con la infección.

Tratamiento y recomendaciones

Una vez que se haya determinado con alguna de las pruebas que sí se tiene la bacteria, llega la hora de tratarla. Según la FEAD "como tratamiento se usan antibióticos asociados a un Inhibidor de la Bomba de Protones (IBPs) como es el omeprazol, pantoprazol, esomeprazol, etc.". Semanas después de haber finalizado con los antibióticos, los expertos aconsejan que se vuelva a realizar la prueba para comprobar que el paciente se ha curado.

No es necesario que las personas que padecen la Helicobacter Pilory lleven una dieta especial, pero en los casos de sufrir una úlcera, sí es beneficioso seguir una alimentación específica. Entre las recomendaciones para las comidas destacan evitar hacer comidas abundantes, comer despacio, reposar sentado al menos 30 minutos al terminar de comer y beber abunante agua. Por supuesto, los médicos recomiendan no fumar y evitar alimentos estimulantes como el café, alcohol o chocolate, entre otros.



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