50.000 personas siguen un tratamiento antienvejecimiento en España

No es posible rejuvenecer propiamente pero si retrasar el deterioro biológico y funcional

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50.000 personas siguen un tratamiento antienvejecimiento en España, lo analiza Carmen Labayen

Carmen Labayen

Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Unas 50.000 personas siguen en España tratamientos antienvejecimiento con los que complementar unos hábitos de vida saludables. Aunque no hay fármacos que nos permitan rejuvenecer, la nutrición avanzada combinada con determinadas terapias son algunos de los puntales de la medicina para modular el proceso de envejecimiento, mejorar la calidad de vida, prevenir enfermedades y prolongar la longevidad.

En torno a los 25 o 30 años arranca el proceso de envejecimiento de una persona, es la edad en la que alcanzamos el cénit de nuestro desarrollo. El que el deterioro funcional, adaptativo y biológico sea más o menos rápido, según explica en COPE Jesús Santianes, coordinador del grupo de cronicidad y dependencia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), “depende el 30 por ciento de nuestros genes y el 70 por ciento de nuestros hábitos de vida”.

“Podemos modular la velocidad de envejecimiento. Las personas que se mantienen física y mentalmente activas van a tener una edad biológica y funcional menor a la que les correspondería por su edad cronológica. Y si partimos de unos buenos hábitos desde la infancia, el deterioro será bastante más lento que si los adquirimos más tarde. Podemos modular la velocidad pero no podremos retroceder e ir hacia atrás y decir tengo 70 años y funcionalmente quiero estar como si tuviera 60. Esto es algo que hoy en día no podemos hacer” explica Santianes.

¿En qué se centra entonces la medicina de envenjecimiento?

Quienes se dedican profesionalmente a la llamada medicina anti-aging aspiran a que una persona no espere a tener un problema o una enfermedad para acudir al médico como hacen 50.000 personas en nuestro país.

Consideran esencial prevenir o frenar la aparición de cualquier patología para un envejecimiento lo más saludable y lento posible dentro de que como reconoce Manuel Castillo, catedrático de fisiología de la Facultad de Medicina de Granada y presidente de la Sociedad Española de Medicina de Antienvejecimiento y Longevidad (SEMAL) “estamos ante un proceso natural e inevitable aunque sí influenciable para bien y para mal”.

En este sector las investigaciones se centran en “mejorar la función celular y sus componentes, el uso de nuevas tecnologías, los nutracéuticos o suplementos a nuestra alimentación e incluso en el futuro el desarrollo de fármacos que nos permitan rejuvenecer hoy por hoy inexistentes”, añade Castillo.

Una de las bazas de la longevidad es una alimentación bastante más restrictiva de la que llevamos en la mayoría de los casos. Y todo porque, según explica, con la edad nuestro cuerpo va gastando menos de forma que “necesitamos comer mucho menos y de las 5 comidas al día pues igual tenemos que pasar a 2 o a 1 cuidando mucho eso sí la obtención de los nutrientes que necesitamos para funcionar con ayuda de profesionales en nutrición avanzada. También es más interesante para las personas mayores primar la proteína de origen vegetal sobre la de origen animal”.

Otra de las claves según este experto en envejecimiento es “mejorar la condición física para tener más fuerza y resistencia y mejorar también con ello la composición corporal, la agilidad, la flexibilidad y la postura incluso”.

Es algo que lleva a rajatabla Maria Soledad Pérez de 74 años: “me siento joven de espíritu, mi cuerpo algo menos pero me siento joven y cuantos más años viva así pues mejor y tal y como soy sin hacerme nada ni nada y sin enfermedades. Mi secreto es andar una hora y media todos los días, hacer una tabla de gimnasia cuando me levanto y luego procuro comer sano y tener un poco de cuidado. También leo, escucho la radio y veo la televisión y salgo con los amigos”.

Comer poco y bien, dormir lo suficiente, estar lo más activos posible, ejercitar la mente y tener relaciones sociales son, en efecto, nuestras principales bazas para que nuestra edad biológica esté por debajo de la cronológica. Es algo que muchos sabemos pero que no todos ponemos en práctica.

Es el caso de Antonio que tiene 60 años y miedo a envejecer y a la dependencia que ha supuesto en el caso de sus padres “sí la verdad es que sí me da bastante respeto la vejez pero tengo que reconocer que no me cuido demasiado” explica en COPE con un cigarrillo en la mano en una pausa de su trabajo como oficinista.

¿En qué consisten los programas de longevidad?

Quienes solicitan ayuda para un mejor envejecimiento reciben pautas de hábitos saludables, indicaciones para suplementos a su alimentación, prescripción de fármacos con los que preservar su salud y tener una apariencia lo más joven posible. Con ellos en caso de desequilibrios, también se trabaja en la optimización de hormonas mientras se investiga en técnicas que permitan el rejuvenecimiento de las células y de los tejidos.

“Hasta hace poco de lo que se trataba era de envejecer lo más lentamente posible pero hoy en día cada vez se hacen nuevos descubrimientos que ponen de manifiesto que hay circunstancias en las que nuestro organismo puede inlcuso rejuvenecer. Podemos quitarnos años de encima, por el momento, es poco. Podemos quitarnos unos meses, un año o quizás dos por ejemplo en composición corporal pero y ¿si eso lo conseguimos con el cerebro, el corazón, el riñon, los pulmones o el hígado?” subraya Castillo.

Mayor esperanza de vida para los crónicos

El 45 por ciento de la población tiene una enfermedad crónica en España. En mayores de 65 años la cifra escala a entre el 60 o el 70 por ciento pero según explica Santianes “hemos conseguido que personas que hace 20 años se morían ahora sigan viviendo al controlar la fase aguda de sus enfermedades con fármacos y tratamientos. A pesar de todo cada una de esas patologías crónicas son un factor de riesgo puesto que la acumulación de medicación hace cada vez más difícil seguir bien los tratamientos y con ello aumenta la posibilidad de que la situación se descontrole y de sufrir algún acontecimiento adverso como un ictus o un infarto en el caso de algunos pacientes crónicos”.

El nivel socioeconómico también impacta

La longevidad tiene también un factor socioeconómico. De hecho, las personas con menos recursos económicos viven entre 3 y 4 años menos que las más ricas en nuestro país según un reciente estudio publicado por investigadores españoles en la revista “Scientific Reports” del grupo “Nature”.

Elaborado por científicos y profesores del CIBERESP, el Instituto de Investigación biosanitaria ibs.Granada, la Escuela Andaluza de Salud Pública, el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III y la Universidad de Granada, el informe analiza la relación entre el nivel socioeconómico y la esperanza de vida al nacimiento y han concluido que las mujeres y hombres que residen en las zonas más pobres viven entre 3,2 y 3,8 años menos que quienes habitan en las zonas más ricas.

También han calculado además que, de media, las mujeres viven 5,6 años más que los hombres. Casi 83 años ellas frente a poco más de 77 ellos. Y por provincias se observa una mayor esperanza de vida en la mitad norte peninsular y en las capitales que en las zonas rurales.

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