La desconocida invitación de Pinochet al rey Juan Carlos al margen de Franco que estuvo a punto de aceptar: meses antes de su muerte

En una reciente entrevista, el emérito ha revelado que le pidió continuar con el régimen de Franco, sin embargo, pocos conocen lo que pasó meses antes

Europa Press

Pinochet y don Juan Carlos

Ana Rumí

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Las explosivas declaraciones del rey Juan Carlos van a ser portada de muchos medios nacionales e internacionales. No es para menos, pues el emérito se ha abierto como nunca para France 3, al tiempo que estrena sus memorias.   

En su salón de Abu Dabi, el rey, que vive en el exilio desde hace cinco años, se expresa alto y claro sobre su vida, su reinado y sí, también su familia. Ha hablado sobre sus relaciones familiares y sobre su hijo, Felpe VI, para el que tiene buenas palabras pero al que desea ver más, y también ha pedido comprensión a los españoles.

Más allá de los lamentos y de los cotilleos que puedan nacer de sus palabras, Juan Carlos ha tenido tiempo para recordar un hecho histórico hasta ahora desconocido por todos. Desconocido, entre otras cosas, porque sucedió en un entorno privado.

Fue cuando el dictador Franco murió, en noviembre de 1975, y Pinochet, dictador en Chile, acudió a Madrid para el funeral de su amigo. Al funeral de Estado asistieron el rey Hussein de Jordania, la primera dama de Filipinas, Imelda Marcos, y Augusto Pinochet.

Fue entonces cuando, según la versión del emérito, el chileno se dirigió a él para pedirle que, en su figura, continuase con el régimen franquista. “Yo le dije 'sí, naturalmente', pero hice lo que los españoles verdaderamente querían” expresaba don Juan Carlos.

Las relaciones entre España y Chile durante dictaduras  

Pese al rechazo práctico del rey Juan Carlos ante la petición de Pinochet, con el dictador chileno no hubo nunca malas relaciones diplomáticas, mantenidas en gran medida por Franco.   

A Franco le interesaba mantener buenas relaciones con sus homólogos latinoamericanos, y Pinochet sentía una profunda admiración por él. No era de extrañar que entre ambos existiese una relación fluida que se materializaba en continuas cartas.

Todo, teniendo en cuenta que el tiempo que coincidieron las dictaduras fue más bien breve. Pinochet se hizo con el poder en septiembre de 1973, y Franco murió apenas dos años después.

Sin embargo, eso no fue impedimento para erigir una amistad mutua que perduraría en el tiempo y que, a día de hoy, se recuerda. A pesar del deseo de Pinochet de conocer a Franco, ambos mandatarios no se vieron las caras jamás.

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Pinochet

Una amargura que arrastró Pinochet hasta la muerte de Franco. Fue en ese momento cuando el chileno decidió viajar a España y, como le dijo al propio rey Juan Carlos, “rendir homenaje a este guerrero”.

Fue precisamente él, don Juan Carlos, quien recibió a Pinochet en la pista de aterrizaje.

La invitación de Pinochet al rey meses antes de morir Franco  

Si bien el emérito, en ese momento heredero a la jefatura de Estado y Príncipe de España, se mantuvo al margen de las relaciones con Pinochet, cuando murió Franco no quedó otro remedio.   

El emérito acudió al aeropuerto de Madrid para recoger a Pinochet, que llegaba afectado por la muerte del que él consideraba un amigo. Quizá por esta situación o por la necesidad de continuar manteniendo lazos con España, el dictador se lanzó a los brazos de don Juan Carlos, que lo recibió con un abrazo.

Le explicó el profundo afecto que sentía por Franco, y le comentó que no podía no acudir a este funeral, pues "en estos momentos Franco ha pasado a la historia, es un caudillo que nos ha mostrado el camino a seguir en la lucha contra el comunismo", como parte de la frase que le espetó a don Juan Carlos.

Era también la primera vez que le veía a don Juan Carlos, aunque no en la que se había puesto en contacto con él. Meses antes de morir Franco, en julio de 1975, el embajador de Chile en España se entrevistó con el heredero a la jefatura con un claro mensaje: Pinochet le invitaba a Chile.

Pinochet y don Juan Carlos

Lo hacía en el contexto del segundo aniversario de la Toma de la Moneda, para septiembre de ese mismo año. La invitación, con mucha educación, fue rechazada, según el escritor Mario Amorós, con la excusa de que quien decidía sus viajes era, en última instancia, Franco.

A Pinochet no le debió de sentar mal, y disfrutó enormemente de su viaje a España cuando murió Franco. En otro orden de cosas, quedó tan embelesado con el Valle de los Caídos que aseguró querer reproducirlo en Chile. Para su amargura, nunca sucedió, como otras tantas cosas que él deseó.