Paula Calvo, investigadora: "El amor incondicional solo se da con los perros, por mucho que quieras a tus hijos o padres"

Hay cientos de estudios que explican esta interconexión entre personas y perros, pero el último es el más contundente en este sentido

José Manuel Nieto

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Durante años se ha repetido como una anécdota tierna o como un simple mito popular: los perros se parecen a sus dueños. Pero lo que antes era intuición hoy es una certeza científica. Hasta 15 estudios han sido analizados por investigadores alemanes para confirmar que existe un patrón repetido que va más allá del azar: los humanos eligen a los perros que se les parecen física y emocionalmente. Y no solo eso. Se armonizan sus ritmos cardíacos, comparten rasgos psicológicos y, lo más impactante de todo, activan en el cerebro humano zonas vinculadas exclusivamente al amor incondicional.

"Reconocemos ese amor incondicional en el perro y no lo reconocemos en ningún humano", explica Paula Calvo, investigadora de la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos, en el programa Poniendo las Calles de COPE. “Podemos querer a nuestros hijos, a nuestros padres, pero ese punto de seguridad emocional, esa certeza absoluta de que ese ser nos quiere pase lo que pase, solo se activa con los perros”, añade.

Y la ciencia lo respalda. En una de las pruebas más llamativas, se pidió a un grupo de personas que emparejaran imágenes de humanos y perros sin conocerlos. El resultado fue demoledor: acertaron en la mayoría de los casos, lo que indica que existen señales visuales y emocionales que conectan profundamente a ambas especies. 

Una conexión ancestral y emocional

Lo que para muchos es una compañía, para la ciencia es una simbiosis emocional. Rosa Rosado, conductora del programa junto a Carlos Moreno ‘El Pulpo’, recordaba que en España hay más perros registrados que niños menores de 14 años, y que esa cifra podría multiplicarse si se contaran los animales no inscritos. Los datos hablan por sí solos: no estamos ante una moda, sino ante una evolución emocional compartida.

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Hombre maduro paseando a su perro en la playa de El Cotillo

“El ser humano busca un entorno social que se le parezca para sobrevivir mejor”, sostiene Calvo. “Si tus compañeros de vida son perros, buscas a los más afines a ti. Es algo inconsciente, pero está basado en nuestra supervivencia social”.

Esta teoría se refuerza con las palabras de Álvaro Arévalo, veterinario etólogo, que señala que “muchas veces escogemos perros con características físicas o de carácter que nos gustan de nosotros mismos”, y que incluso en los casos en los que la elección del animal es aleatoria, el perro acaba transformándose emocionalmente hasta parecerse a su dueño.

Y no solo hablamos de personalidad: también de salud. La veterinaria Marisa explicaba que algunas mascotas y sus dueños comparten enfermedades como la ansiedad, la diabetes o incluso ciertos tipos de cáncer, fruto de estilos de vida comunes. "Ya no les damos ni comida para perros. Comen lo que nosotros, viven como nosotros", dijo Rosado. Aquí puedes consultar un estudio publicado en Nature que profundiza en esa simbiosis físico-emocional.

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Dos hombres paseando a sus perros, Sitges

Más allá de lo llamativo, el vínculo con los perros tiene implicaciones reales en la salud mental y física de sus dueños: reducen el estrés, aumentan la actividad física y mejoran la sociabilidad, especialmente en niños y personas mayores. El simple hecho de mirarse mutuamente eleva la producción de oxitocina, la llamada "hormona del amor", en ambos. Y esa conexión química, según Arévalo, es única en el mundo animal.

En palabras de Carlos Moreno ‘El Pulpo’, “esa escena de un señor mayor acariciando el hocico de su perro es más que una postal bonita: es la prueba de una conexión emocional auténtica y profunda que muchos humanos ni siquiera logran entre ellos”.

El perro, más que una mascota

La conclusión de los expertos es rotunda: los perros no solo forman parte de nuestras vidas, sino que moldean nuestra forma de ser y reflejan nuestras emociones más íntimas. “Si tú eres una persona tranquila, tu perro tenderá a serlo. Si eres nervioso, él también lo será. Y si hay amor incondicional en algún lado, es con ellos”, remata Rosa Rosado.

Por eso, si estás pensando en adoptar un perro, no es cuestión de elegir al más bonito, sino al que encaje con tu estilo de vida y tu personalidad. Y si alguna vez has sentido que tu perro te entiende mejor que muchas personas, la ciencia te da la razón.

Porque hay muchas formas de amar, pero el amor incondicional tiene cuatro patas.