Mucho se habla estos días del orgullo de ser español. Precisamente hoy celebra la Iglesia, con todo su esplendor litúrgico, una fecha que da motivo a los españoles para sentirse orgullosos: la fiesta de Santa Teresa de Jesús, que coincide hoy con la clausura del V Centenario de su nacimiento. El presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Ricardo Blázquez, acaba de celebrar una solemne misa en Ávila con la que culminan las numerosas actividades que se han desarrollado en todo el mundo para vivir la memoria de la reformadora del Carmelo y autora de las más altas letras de la mística española, junto a San Juan de la Cruz.Lo que nos recuerda la vida de Teresa de Jesús es que no hay mayor orgullo que ser hijo de Dios y estar enamorados de Cristo. Decía la Santa que solo el amor da valor a todas las cosas, y que todo el daño que padecemos nos viene de no tener puestos los ojos en Dios. Recordar y honrar a Santa Teresa es tener muy presente que nada nos debe turbar ni espantar, porque “todo se pasa y solo Dios basta”. Santa Teresa hubo de afrontar tiempos difíciles, oposiciones y contrariedades, pero no dejó nunca de caminar como hija de la Iglesia. Y aunque alcanzó las más altas cotas de la mística, su testimonio siempre fue capaz de hablar a la gente corriente. Al concluir este V Centenario bien podemos recordar aquella recomendación que dirigía a sus hijas: “ahora comenzamos, y procuren ir comenzando siempre, de bien en mejor”.