Los mayores fue el colectivo que más sufrió durante la primera ola de la pandemia en la Comunidad de Madrid. Cerca de 5.000 mayores de residencias murieron durante esos primeros meses del virus en la región. Y aunque ahora es cierto que sus contagios se han reducido un 86% (se nota sin duda que la vacunación empezó por ellos), Madrid quiere cuidarles al máximo.

Por eso, el nuevo marco Acuerdo Marco que fija las condiciones para la contratación de plazas concertadas en las residencias de mayores de la región, trae avances y novedades importantes. Todo orientado a mejorar la calidad de vida del mayor interno en una residencia.

Por ejemplo, sube de 54 a 74 euros el presupuesto por persona. Ese aumento se va a traducir en 5 puntos más en el ratio de trabajadores, de personal de atención directa al mayor. No sólo médicos, enfermeras o auxiliares. También se tendrá que potenciar la presencia de fisioterapeutas, trabajadores sociales y psicólogos...

Además, para conseguir esas plazas será más importante la calidad en la atención al residente que la oferta económica. Mejor atención, por ejemplo, en las comidas. Habrá una comisión de menús formada por cocineros, nutricionistas y tres usuarios que se reunirán una vez al mes para analizar posible quejas y proponer mejoras. Por otro lado, de la comida que se haga a diario, se tendrá que dejar una bandeja de muestras por si algún familiar quiere probarlas.

Además, se va a vigilar mucho la limpieza del recinto y de los ancianos. Si no es adecuada., se considerará falta grave. Al mismo tiempo, se amplían los supuestos en los que la Comunidad podría rescindir esos contratos: tres faltas graves o muy graves en un año o cinco mientras dure la adjudicación de plaza.

Y por primera vez se pone negro sobre blanco el asunto de las sujecciones físicas de los mayores. También de la sedación farmacológica. Sólo se hará si la preescibe un equipo multidisciplinar, en casos críticos y bajo consentimiento previo de la familia.