Lo que era la fiesta de cumpleaños de Jessy, terminó con la muerte de su tío Paco, de 64 años de edad. Fue este domingo en la calle Esteban Carros, muy cerca de la estación de cercanías de El Pozo. Una absurda discusión por los perros de la familia de la víctima fue el detonante. Un grupo de quince personas se enzarzó a palos y con armas blancas contra los dueños de los perros. Paco bajó de casa para mediar y proteger a sus familiares. Evitó que a un sobrino le dieran una segunda puñalada. Le salvó la vida pero a cambio de la suya. Don Juan José, párroco de la iglesia de San Raimundo de Peñafort, amigo de la familia, cuenta a COPE cómo ocurrió todo: “Estaban en el piso celebrando el cumpleaños de Jessy (sobrina de Paco) y bajaron con los perritos a dar un paseo, pero se la tenían jurada con los perros. Les esperó un grupo numeroso y allí acabó la vida de Paco con este trágico desenlace. A veces la relación entre payos y gitanos no es tan buena.”

La muerte de Paco es el último eslabón en una cadena de creciente inseguridad que vive toda la zona, como nos cuenta una vecina que vive en Entrevías y trabaja en El Pozo: “Sobre todo por las tardes hay muchos conflictos con la gente joven. El otro día había un reguero de sangre en la estación de Renfe, desde el Andén hasta la calle Villalobos. Sí que hay otro tipo de gente que antes no había. Antes era un barrio tranquilo pero ahora se nota más inseguridad”.

Otra persona que vive en el barrio apunta que “hace dos semanas quemaron dos coches ahí enfrente. Al ser un barrio marginal a veces se producen conflictos. Falta cultura y otras muchas cosas”.