Once días después de la explosión de gas, en la que murieron dos trabajadores y 18 personas resultaron heridas, comienzan los trabajos de demolición parcial del edificio de la calle General Pardiñas, 35. Tras comprobarse el estado del inmueble, las labores se han iniciado “por la cubierta del edificio y por la planta ático, las zonas que, en principio, se han observado como más dañadas”, ha explicado Juan Carlos Álvarez, director general de edificación del Ayuntamiento de Madrid.

Con el edificio en situación de "ruina parcial" y ante el riesgo para los trabajadores, se ha decidido acometer los trabajos de forma mecánica,sin operarios, al igual que se hizo en el edificio número 98 de la calle Toledo el pasado enero de 2021.

Para ello se emplean tres grúas. En una, se encuentra el robot que hace las tareas de derribo; en otra, el contenedor con el que se sacan los escombros; y en la última, la más pequeña, los operarios que las manejan.

La intención, asegura Álvarez, es salvar tanto la fachada, como el torreón del inmueble, así como recuperar el mayor número de enseres personales.

De momento, es "difícil" determinar la duración de las obras. "A medida que vayamos avanzando se irá viendo cómo están el resto de plantas afectadas", explica Álvarez, y es que, de momento, los operarios solo han podido acceder a la planta baja y al sótano. Gracias a los drones, se ha podido conocer el estado del ático, pero se desconoce cuál es el estado de las intermedias.

Tampoco hay fecha para el regreso de los vecinos de los inmuebles contiguos que aún siguen desalojados, los de la calle Ayala, 78, y los de General Pardiñas, 33. "Mientras duren los trabajos, la calle permanecerá cortada", ha manifestado el técnico municipal.

Precisamente, el cierre de ese punto está afectando a los comercios de la zona. En la chocolatería de Emilio, desde que se produjo la explosión, las ventas han caído a la mitad. "La gente da rodeo, no se puede acceder con el vehículo, entonces me está afectando mucho", aseugra.

También lo están pasando mal los bares de la zona. Pese a la presencia de los obreros ,"el ruido, las vallas y el polvo, hacen que nadie quiera estar en la terraza", expone Vicky, que regente un bar justo enfrente de General Pardiñas, 35.

Su deseo es que los trabajos terminen cuánto antes, porque no saben hasta cuándo podrán aguantar esta situación.