Sabotaje en el Zendal

Según hemos podido conocer hoy, desde hace semanas el Hospital Isabel Zendal de Madrid, construido expresamente para la pandemia, viene sufriendo sabotajes diarios en dos de sus pabellones, en los que se atiende a enfermos de coronavirus. La increíble lista de desperfectos incluye cables rotos, robos de material, tuberías atrancadas y puertas destrozadas, lo que está afectando directamente a los profesionales que trabajan allí e incluso ha provocado que las instalaciones se hayan quedado durante algún tiempo sin agua caliente y calefacción en algunas zonas.

La presidenta Díaz Ayuso ya afeó a políticos de la oposición que jaleaban a los escasos manifestantes que de forma recurrente se agrupaban en las puertas del Zendal, pidiendo expresamente a los que protestaban que lo hicieran en la sede de la Comunidad y que dejaran en paz a los enfermos. Pero las cosas han ido más allá, porque ya no se trata de una protesta legítima, por inoportuna e inadecuada que pueda ser, sino que supone la comisión de graves delitos.

Se ha reforzado la seguridad en el hospital y se ha prometido investigar lo ocurrido. Se debe llegar hasta el final para que no vuelvan a suceder actos tan bochornosos y para que se coloque en su lugar a los saboteadores, tan ruines que son capaces de anteponer su estrechez ideológica a la salud de los enfermos.