Después de que se han ido archivando, una tras otra, todas las causas en la fiscalía anticorrupción, y ha procedido a la necesaria regularización fiscal, el Rey Juan Carlos visita España tras pasar dos años en Abu Dabi. Consciente del esfuerzo que el actual monarca, el Rey Felipe VI, está haciendo para modernizar la institución que dignamente representa, la presencia del Rey emérito no se puede entender más que en el marco de la normalidad que debe regir las relaciones familiares dentro de la Casa Real. Mientras este regreso temporal de Juan Carlos I sirve de excusa para que los socios de Sánchez, contrarios a la Constitución desahoguen su irritación, la sociedad española asiste sin conflicto alguno a la vuelta a su país del Rey Emérito.

Un Rey que fue motor de la reconciliación y del cambio que hizo posible la vigente Constitución española. Según el informe de asociación Concordia Real, la repercusión directa en la economía española de la actividad internacional de Juan Carlos I ascendió a 62.000 millones de euros, lo que supuso la creación de dos millones y medio de puestos de trabajo. En el Informe presentado, entre otros, por el que fuera ministro de Defensa, Eduardo Serra, y por el excomisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, destaca la figura del Rey Juan Carlos como el más acreditado embajador de la España reciente, con sus 224 viajes oficiales, en los que el Emérito trabajó por el bien común de una nación que tiene motivos para agradecer su trayectoria, aunque no falten en ella errores por los que ya ha pedido públicamente perdón.