LÍNEA EDITORIAL
Carmen Hernández, la historia de un camino fecundo
Carmen fue una incansable catequista que quiso ser portadora de Jesucristo con una vida entregada hasta el final
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Actualizado 17:44
El pasado domingo se ha abierto la fase diocesana de la causa de canonización de Carmen Hernández, iniciadora del Camino Neocatecumenal junto a Kiko Argüello, que estuvo presente en el acto presidido por el cardenal Carlos Osoro. Carmen fue una incansable catequista que quiso ser portadora de Jesucristo con una vida entregada hasta el final, cuando ya las fuerzas disminuían a causa de la enfermedad. Una mujer, según se va revelando en numerosos testimonios, de una profunda intimidad con Cristo que, desde muy joven, en el madrileño Pozo del Tío Raimundo, quiso plantar la tienda del Evangelio entre los más pobres.
El desarrollo del Camino Neocatecumenal ha sido un acontecimiento relevante en la vida de la Iglesia en el último medio siglo. Con su carisma, propio de una genuina y valiente Iglesia en salida, ha llevado la Buena Noticia del Evangelio a millones de personas en todos los rincones del mundo, especialmente allí donde la presencia católica es casi inexistente y donde, con verdadero ardor misionero, están presentes familias del Camino Neocatecumenal. Desde el momento de su fallecimiento, en 2016, han pasado por la tumba de Carmen más de 52.000 personas, y unas 3000 han dejado testimonio directo de las gracias recibidas por su intercesión, muchas referidas a cuestiones como la familia y la vida, tan preferentes en el acento carismático del Camino Neocatecumenal.
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