Caudillismo a golpe de talonario

Donald Trump y Nayib Bukele han llegado a un acuerdo en materia carcelaria. La administración estadounidense pagará 20.000 dólares al gobierno de El Salvador por cada uno de los deportados de origen venezolano que sean internados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo que Bukele destina a los pandilleros más peligrosos del país. A cambio, Bukele obtiene el traslado desde Estados Unidos de dos líderes de las maras Salvatrucha y 21. Y todo esto después de que el secretario de Estado Marco Rubio informara de que estas medidas se adoptan al amparo de la resucitada “Ley de enemigos extranjeros” aprobada en 1789. Los enemigos, en este caso, son venezolanos a quienes se imputa pertenencia a la asociación Tren de la Aragua, considerada como grupo terrorista por los Estados Unidos.

Al proceder de este modo, la administración Trump no solo desafía la suspensión judicial de las deportaciones y avanza imparable en su política de expulsiones y deportaciones indiscriminadas, sino que, eso dice Rubio, consigue ahorrar dinero al contribuyente. Pero también se trata de fortalecer lazos entre ambos líderes. Trump cuenta con Bukele, a quien las masas, dentro y fuera de El Salvador, aclaman como ejemplo de lucha a favor del orden, y Bukele cuenta con Trump para favorecer el florecimiento de líderes similares en América Latina. El caudillismo florece, animado por Estados Unidos, esta vez sin que ni siquiera sean necesarios los Golpes de Estado.