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Ni para beber ni para limpiarse las orejas: Inglaterra acaba con el plástico de usar y tirar

A partir de abril de 2020 estarán prohibidos los “plástico de un solo uso” en toda Inglaterra

Ni para beber ni para limpiarse las orejas: Inglaterra acaba con el plástico de usar y tirar

 

Paloma García Ovejero | Corresponsal de COPE en Londres

Tiempo de lectura: 2'Actualizado 08:11

El gobierno británico ha declarado la guerra al plástico. Al menos, al llamado “plástico de un solo uso”, que incluye las pajitas de refresco, agitadores de bebidas y bastoncillos de algodón. A partir de abril de 2020, estarán terminantemente prohibidos estos productos en toda Inglaterra. Tendrán que ser de papel o madera... o desaparecer. Y la medida cuenta con el apoyo aplastante de la población.

Es un primer paso, y no se aplicará de momento en todo el Reino Unido, pero tiene mucho de ejemplar y didáctico. Sobre todo, es un síntoma positivo de una nueva cultura medioambiental: antes de lanzarse a prohibir la comercialización de los productos, las autoridades hicieron una amplia consulta ciudadana. Y los resultados reflejan cuánto va calando la conciencia verde: más del 80% de los encuestados apoya que se dejen de vender y distribuir pajitas de plástico; el 90% respalda el fin de los palitos de revolver; y el 89% quiere acabar con los limpiadores de oídos elaborados con plástico.

Para entender el contexto, hay que especificar que la consulta fue online y participaron unas 1.600 personas. Los resultados se pueden ver aquí en este enlace

Sin embargo, habrá excepciones. Cuando el uso de pajitas de plástico para beber sea necesario por razones médicas, el acceso estará garantizado: se podrán adquirir en farmacias o a través de internet. A su vez, los negocios de restauración (restaurantes, pubs o bares) no podrán exhibir este producto ni ofrecerlo o entregarlo automáticamente, pero sí podrán dárselo a quien lo pida. Al menos en una primera fase experimental, se pretende lograr así el equilibrio entre la acción ecológica y los derechos de las personas con enfermedades particulares o discapacidades.

Ya en el ocio nocturno de Londres es habitual encontrar pajitas de papel o de cartón, y en los supermercados se venden alternativas incluso al cepillo de dientes tradicional, que ahora se fabrica también de bambú. Son numerosas las cadenas de productos ecológicos que proponen nuevos materiales.

En Inglaterra se calcula que cada año se utilizan 4.700 millones de pajitas de plástico, 316 millones de agitadores de un solo uso y 1.800 millones de bastoncillos de algodón. Más del 10% de estos palitos para limpiar los oídos terminan en el inodoro, y de ahí van a vías fluviales y océanos. Es precisamente cuando se convierten en productos desechables cuando aparecen los efectos negativos.

No solo dañan la vida terrestre y marina, advierte el Ministerio de Medio Ambiente británico, sino que tienen costos asociados con su limpieza y serias consecuencias para el turismo y las industrias pesqueras. El plan ambiental de 25 años, que incluye futuras medidas para eliminar todos los residuos plásticos evitables, está en este documento.

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