Luciano Romoli vive en un populoso barrio de Turín en el que todos los vecinos se conocen. Durante toda su vida ha sido deportista, por lo que mantiene unas condiciones físicas envidiables. Antes de que se decretara el confinamiento hacía largas caminatas junto a un grupo de vecinos, por lo que cuando comenzaron las restricciones de movimiento decidió dirigir clases de gimnasia desde el centro del aparcamiento para que todos sus vecinos pudieran seguir sus movimientos desde las ventanas y balcones.

Todos los días a las 12 de la mañana se inician las sesiones con un ritual fijo. Se comienza poniendo el himno de Italia y a continuación durante 20 minutos Luciano imparte con un micrófono la sesión de gimnasia adaptada a todos los públicos. Las clases también terminan con el himno de Italia. Asegura que de esta forma contribuye a que todos sus vecinos estén en forma y a que pasen un rato agradable a la espera de que puedan regresar a la normalidad.

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En la mayor parte de las regiones de Italia durante la cuarentena se ha permitido salir a hacer deporte de forma individual, siempre que sea cerca del domicilio. Desde el inicio hubo mucho debate social sobre este punto, y han sido muchos los que han pedido medidas más restrictivas respecto a la actividad física al aire libre, que será permitida sin ninguna restricción a partir del 4 de mayo.

Lo primero que advirtió la misión de la Cruz Roja que llegó de China para asesorar al gobierno al inicio de la crisis es que se veían demasiadas personas haciendo deporte al aire libre en la ciudad más importante de Lombardía, Milán.