Las autoridades de Turquía han cesado este lunes a más de 250 funcionarios locales por presuntos lazos con grupos terroristas, sin dar detalles acerca de las formaciones con las que mantendrían contacto.

El ministro de Interior, Suleiman Soilu, ha afirmado que los 259 afectados son líderes locales o 'mujtar', jefes electos de una aldea o un barrio de la ciudad encargados de los servicios diarios de los residentes, según ha recogido el diario local 'Hurriyet'.

Turquía ha detenido a unas 160.000 personas y ha cesado casi al mismo número de funcionarios civiles desde el intento de golpe de Estado de julio de 2016, según estimaciones de la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

De esa cifra total, más de 50.000 personas han sido imputadas y han continuado en prisión durante sus procesos por sus supuestos lazos con el clérigo islamista Fetulá Gulen, al que Ankara acusa de estar detrás de la asonada.

El alcance de la persecución de las personas vinculadas con la asonada ha alarmado a las organizaciones de Derechos Humanos y a aliados occidentales de Turquía, que han acusado al presidente, Recep Tayyip Erdogan, de haber puesto en marcha una purga para acabar con todos los críticos con su gestión.

Asimismo, las autoridades han actuado contra miembros del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) --la tercera fuerza con más parlamentarios-- por sus presuntos lazos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).