Un amigo de los acusados de matar a un joven en las fiestas de San Agustín del Guadalix (Madrid) en 2017, miembro de los Dominican Dont Play (DDP), ha declarado como testigo protegido que el líder del grupo, apodado Nene, hizo una señal a otro llamado Panda ordenándole que apuñalase a la víctima.

La Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado este jueves una nueva sesión del juicio con jurado popular a seis integrantes del "coro" (grupo) de Alcobendas de los DDP, y a un séptimo joven que no pertenece a la banda pero que les acompañaba en la noche del crimen, debido supuestamente a un enfrentamiento previo entre un amigo de la víctima y un dominicano relacionado con la banda.

La Fiscalía pide 22 años de cárcel para Nene, líder del "coro" de Alcobendas, y 20 años para otros cinco miembros del grupo por delitos de homicidio, pertenencia a organización criminal y tenencia de armas. Para un séptimo procesado solicita 13 años de prisión por su implicación en el crimen, aunque le eximen de pertenecer a la banda latina.

Un testigo protegido y cercano a la banda, que ha contestado por videoconferencia a las preguntas de las partes ocultando su imagen y con la voz distorsionada, ha manifestado que el acusado conocido como Panda gritó he sido yo en referencia a la autoría del apuñalamiento en una reunión entre los acusados días después del incidente.

También ha asegurado que vio cómo Nene, al que ha calificado como el macho alfa del grupo, hizo una señal a Panda, señalandole a la víctima con la cabeza y los ojos, poco tiempo antes de que el joven cayera desvanecido al suelo.

No obstante, a preguntas de las defensas el testigo ha entrado en contradicciones y ha dicho que no recordaba muchos de los detalles que había relatado al inicio de su declaración.

Una amiga del joven asesinado y compañera de instituto de los procesados ha afirmado al jurado que dos amigas cercanas a los miembros de la banda le contaron que Nene iba fardando de haber dado esta orden para apuñalar al joven en San Agustín del Guadalix y que se rumoreaba que el ejecutor podía haber sido Panda.

Esta testigo aportó a la investigación una fotografía en la que aparecen algunos de los acusados en el recinto ferial de la localidad madrileña minutos antes del crimen. En Sala ha remarcado que los siete estuvieron en dicha fiesta.

El momento de mayor tensión en este juicio se ha vivido cuando los padres de la víctima, presentes en la Sala, han salido indignados en mitad del testimonio de uno de los guardias civiles que vigilaban el recinto aquella noche.

¡Qué diga la verdad! se ha escuchado decir al padre desde el pasillo, ya que para estos padres no hubo una respuesta eficaz de los cuerpos de seguridad durante el incidente.

Varios testigos han coincidido al afirmar que los miembros del grupo implicado en el crimen eran dominicanos y portaban gorras, gorros, gafas y máscaras que impedían que se les identificase con facilidad.

Un segundo testigo protegido ha relatado cómo un grupo de dominicanos se subió al autobús en el que viajaba minutos después del apuñalamiento y que le escupieron y amenazaron, por lo que sintió mucho miedo. Me dijeron que me iban a matar, ha recordado con la voz entrecortada.

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El juicio continuará mañana con la declaración de varios testigos del crimen. EFE