El Gobierno de República Checa ha decretado el estado de emergencia en todo el país para contener el brote de coronavirus, frente al que ha anunciado un paquete de medidas que incluyen vetos para los viajes hacia y desde países en riesgo, entre ellos España, y un límite máximo de 30 personas en actos públicos y privados.

Las autoridades checas han confirmado hasta este jueves 96 casos, en su mayoría en Praga, pero el primer ministro, Andrej Babis, ha subrayado la necesidad de adoptar medidas cuanto antes para prevenir que el brote esté fuera de control.

Con este objetivo, el Gobierno ha declarado el estado de emergencia durante un plazo de 30 días y ha decidido limitar al máximo las aglomeraciones de gente. La mayor parte de las actividades públicas quedarán suspendidas, en virtud de un límite de aforo de 30 personas que incluirá como excepciones reuniones de organismos públicos, juicios o funerales, según medios locales.

Los centros educativos permanecerán cerrados, mientras que en el caso de los locales de hostelería no se podrá acceder a las partir de las 20.00 horas, según el decreto que entrará en vigor este viernes. Las competiciones deportivas del país quedarán suspendidas.

El Gobierno checo ha identificado 13 países, entre ellos España, como especialmente peligrosos en este brote, por lo que prohíbe las conexiones en ambos sentidos. Se contemplarán excepciones, por ejemplo para facilitar el transporte de mercancías o los cruces por motivos laborales en las fronteras con Austria y Alemania.