Mónica Sequeiro
El líder del PP tenía previsto estar este Viernes Santo en Granada y después en Lorca, para participar en una de las tradicionales procesiones de la localidad murciana y en el primer mitin compartido con su número dos, Teodoro García Egea.
Pero por encima de la devoción está la obligación, y justo en el paso del ecuador de este particular viaje electoral se han aparecido dos debates en el horizonte.
Así que Casado ha cambiado Granada por Pamplona, que era a donde tenía previsto ir el lunes. En la capital navarra, ha habido quien le ha reprochado su visita."¿A qué vienes en Viernes Santo aquí? ¡Haz penitencia!", le ha espetado un espontáneo.
Uno de los pocos que ha increpado al líder de los populares en su breve paseo por la localidad, que se ha iniciado con aplausos y gritos de "presidente, presidente" por parte del grupo de simpatizantes que esperaba su llegada y ha transcurrido entre algún que otro improperio lanzado por personas aisladas.
Pero Casado tiene ya su particular penitencia en esta carrera electoral, en la que se ha impuesto a sí mismo desde hace unos días un tono moderado y se ve abocado a no hacer actos durante nada menos que dos días por culpa de los debates televisivos.
Aunque "le encanta" debatir, según sus colaboradores cercanos, el pasar dos jornadas sin una intervención pública cara a cara con los militantes será difícil de afrontar. De hecho, no tienen nada claro que vayan a conseguir convencerle para que no haga alguna convocatoria de mañana el lunes o el martes.
De momento, esta mañana se ha visto rodeado por simpatizantes en Pamplona, entre ellos algunas mujeres mayores que han lamentado verle "muy delgado" y se han acercado a saludarlo para regalarle una bandera de España, además de protestar por los insultos que otros le proferían.
Aparte de algunos gritos de "fuera, fuera", hay quien ha ido más allá y le ha tachado de "payaso", entre otras cosas. También se han escuchado silbidos, acallados por aplausos de los militantes y acompañantes en el paseo.
Superada la cita pamplonica sin incidentes, Casado toma ruta a Levante, en un fin de semana que seguirá el planteamiento previsto, sin variar ninguno de sus actos. No piensa parar ni para tomar impulso, ni tampoco llevar escritas sus posibles intervenciones en los debates.
Tiene a gala hablar siempre sin papeles para guiar su discurso y solo se ha saltado esta máxima en la convención nacional del partido en enero. También es verdad que si no los lleva no corre el riesgo de perderlos.