ÁNGELES INFIERNO

El líder del capítulo norte de los Ángeles del Infierno niega que sean una red criminal

El líder del capítulo norte de Los Ángeles del Infierno, Manuel Alfonso S.A., ha negado este lunes en la Audiencia Nacional que esa asociación, desplegada en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y parte de Castilla y León, sea una red criminal, sino un grupo caracterizado por la "amistad" y "fraternidad" de sus miembros.

Agencia EFE

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El líder del capítulo norte de Los Ángeles del Infierno, Manuel Alfonso S.A., ha negado este lunes en la Audiencia Nacional que esa asociación, desplegada en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y parte de Castilla y León, sea una red criminal, sino un grupo caracterizado por la "amistad" y "fraternidad" de sus miembros.

Lo ha negado en el juicio que ha comenzado en la Audiencia Nacional contra 17 acusados (uno más falleció), miembros del Northside, el capítulo del norte de la banda motera Ángeles del Infierno (Hells Angels, en inglés), para quienes el fiscal pide en conjunto 168 años de cárcel por delitos contra la salud pública y tenencia ilícita de armas, entre otros.

Al inicio de la sesión, la mayoría de las defensas han pedido la nulidad del juicio por escuchas ilegales y otras irregularidades en el proceso, según han indicado.

Pero la vista ha comenzado con los acusados en el banquillo en una sesión en la que solo ha dado tiempo a interrogar al presidente del capítulo, quien ha querido dejar claro que la asociación no tenía "ningún fin ilícito". Ha ido más lejos y ha zanjado: "Quien hace cosas indebidas no puede estar con nosotros".

No lo entiende así el Ministerio Público, que en su escrito de conclusiones provisionales afirma que los procesados "conformaron un entramado criminal con vocación de persistencia en el tiempo y estructura interna jerárquica".

"Sirviéndose de los medios y estructura del capítulo Northside, se han venido dedicando a la instalación, gestión y explotación masiva de cultivos de cannabis en plantaciones indoor de distintas localidades de Cantabria y Asturias, así como en Vizcaya, y que después distribuían en distintas provincias españolas, dedicándose también a la distribución de hachís", añade el escrito.

Recuerda que forma parte de la idiosincrasia de los Ángeles del Infierno "el cometer ilícitos penales y administrativos, portando ropa con simbología propia, como el parche de colores con la calavera".

Y en el caso del capítulo Northside, dice el fiscal que es de mayor extensión territorial en España -Asturias, Cantabria, País Vasco, Galicia y parte de Castilla-León (León, Zamora, Palencia, Burgos y Valladolid)-.

Sus principales dirigentes residen en distintos lugares de ese territorio "para facilitar el control, traslado y distribución de la sustancia estupefaciente sin llamar la atención", recalca el fiscal.

Y precisa que, según las investigaciones conjuntas de la Guardia Civil de Gijón y de la Policía Nacional de Bilbao, el capítulo se dedicó desde 2015, "de una manera estable y persistente", a la creación de una red con reparto de tareas para el cultivo de marihuana y la distribución de ésta y de hachís.

Armas de "adorno" y marihuana para calmar dolores

Durante la operación policial, los agentes intervinieron armas y droga, además de dinero en efectivo. Pero el acusado ha asegurado que algunas armas, entre ellas un puño americano, las tenían colgadas en las paredes como "adorno".

También ha explicado que el "cogollo" de marihuana que se le intervino tenía un fin terapéutico, ya que su esposa sufre "dolores" y se lo echaba en las piernas mezclada con alcohol.

Manuel Alfonso S.A. era presidente del llamado club Noreña, en ese concejo asturiano, al que acudía desde A Coruña, donde vive, uno o dos fines de semana al mes, según relatado.

Allí se reunían los miembros del club para comer, hablar o montar en moto, pero en ningún caso, ha insistido, con un fin ilícito.

El acusado ha relatado el funcionamiento del capítulo, en el que las mujeres no tiene ninguna capacidad de decisión y en el que se pagan 200 euros al mes para ser socio.

"Para entrar en el local tienes que ser invitado", ha proseguido el acusado, quien ha contado que cuando alguien quiere formar parte de él, los llamados "hangaround" o simpatizantes, tienen que pedirlo y son analizados por los miembros del pleno de derecho del club, que a los seis meses les evalúan.

Si superar el "examen", pasan a ser "prospect" o aspirante durante 18 meses en las bandas moteras españolas (12 en otras del extranjero) para después ser miembro de pleno derecho y tener capacidad de decisión

El juicio continua mañana con el interrogatorio de los acusados.

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