La salida de Pablo Iglesias de la vida política tras las elecciones del pasado 4 de mayo en la Comunidad de Madrid empieza a tener efectos en la opinión pública. Según publica 'Vozpópuli', las manifestaciones y protestas que se han repetido estos últimos meses en las puertas del chalé de Iglesias en Galapagar han desaparecido por completo desde el pasado 4 de mayo, según han explicado fuentes policiales a este medio.

Por lo tanto atrás quedan las imágenes que se registraron hace un año, cuando varios grupos de protestantes se concentraron en las inmediaciones de la vivienda de Iglesias y Montero para protestar por la gestión que desde el Gobierno de coalición se estaba haciendo respecto a la pandemia. Esta situación provocó un aumento del dispositivo, que incluso se configuró con varios cordones en las inmediaciones del chalé.

Además, los manifestantes han podido explicar también a 'Vozpópuli' que desde que se amplió el dispositivo de seguridad dejaron de ir: "En los últimos meses solo iban grupos de cuatro o cinco personas en silencio absoluto y sin banderas para pasar desapercibidos", explicaba Miguel Frontera, uno de los manifestantes.

Desde el momento de su adquisición, la vivienda de Pablo Iglesias e Irene Montero ha estado en el punto de mira, ya que fue considera por muchos como un acto contrario a las ideas que defendía Iglesias desde el liderazgo de la formación morada. Además, estas críticas fueron en aumento con el paso de los meses debido al servicio de vigilancia permanente que el Gobierno le puso, primero con un agente dentro de un coche y después con la colocación de una garita de vigilancia a las puertas del chalé que invadía el espacio público. Todo ello y el papel de Iglesias en el Gobierno provocó que las inmediaciones de la vivienda de Iglesias se convirtiera en punto de encuentro para muchas personas contrarías a la gestión del Gobierno de coalición.