La Audiencia Nacional acoge este miércoles la quinta jornada del juicio al excomisario José Manuel Villarejo por tres supuestos encargos de espionaje del caso Tándem, en la que la Fiscalía Anticorrupción responderá a la cascada de peticiones de nulidad planteadas por las defensas.

Tras cuatro sesiones escuchando la larga lista de vulneraciones de derechos denunciadas por los abogados defensores, el tribunal dará ahora la palabra a la Fiscalía, que debe pronunciarse sobre las cuestiones previas que han planteado los letrados de la treintena de acusados que se sientan en el banquillo por esas tres piezas (Iron, Land y Pintor).

Los fiscales Miguel Serrano y César de Rivas intervendrán después de que el abogado de Villarejo, Antonio José García Cabrera, desgranase con profusión sus alegaciones y la extensa lista de testigos que solicita (y que ya en su momento la sala rechazó), entre ellos el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, o la fiscal general, Dolores Delgado.

Lo hizo a lo largo de ocho horas, divididas en dos jornadas, en las que se produjeron varios rifirrafes con la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, principalmente por los intentos del comisario de intervenir como codefensor de sí mismo, que por su condición de abogado se sienta vestido con toga al lado de su letrado y no junto al resto de acusados.

Tras varias interrupciones para dejar claro que él es "acusado y letrado, señoría", la presidenta le tuvo que llamar al orden antes de acordar un receso para calmar los ánimos: "¿Quiere callarse, por favor. Aquí en esta sede no puede decir lo que le dé la gana, cuidado", le advirtió.

Anticorrupción debe pronunciarse este miércoles sobre asuntos como la competencia de la Audiencia Nacional para juzgar los hechos, muy cuestionada por varias defensas, incluida la de Villarejo; la legalidad de los registros o la cadena de custodia de material esencial intervenido en la causa, como los audios del excomisario, cuya validez como prueba ha sido puesta en tela de juicio.

Tras los fiscales, el tribunal dará la palabra al resto de acusaciones personadas en la causa, incluida Podemos, que deberá combatir la petición de diversos abogados defensores para que sea expulsada de la vista oral.

Y después los magistrados previsiblemente volverán a ofrecer a las defensas la posibilidad de que contesten a lo manifestado por las acusaciones.

Este juicio gira en torno a tres proyectos encomendados a Villarejo: Iron, sobre un supuesto espionaje de un despacho de abogados a la competencia; Land, que se adentra en la disputa familiar entre las herederas de la urbanización de lujo La Finca en Madrid; y Pintor, que trataría de otro espionaje que habrían encargado unos empresarios, entre ellos Juan Muñoz, marido de la periodista Ana Rosa Quintana.

Además de Villarejo, están siendo juzgados alrededor de una treintena de acusados, incluidos antiguos mandos policiales como el excomisario Enrique García Castaño, conocido como "el Gordo"; o Susana García Cereceda, hija del fallecido promotor de la citada urbanización. También le acompañan en el banquillo su mujer, Gemma Alcalá, y su hijo, José Villarejo Gil.