La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que preside José María Aznar considera positiva la propuesta francoalemana de un fondo de reconstrucción europeo de 500.000 millones de euros, pero ha advertido de que la ayuda europea tras la pandemia del Covid-19 será condicional.

La condicionalidad, dice FAES en un análisis, "ocupará un papel tal vez decisivo en la negociación del fondo y de los recursos adicionales que se puedan generar". Así, avisa de que Francia y Alemania han hablado de "la necesidad de asegurar 'políticas económicas sólidas' y 'reformas ambiciosas', algo que no figura en el manual de gobiernos como el español".

"Habrá condicionalidad para la reconstrucción, eso es seguro", advierte y añade que eso "pondrá a prueba la calidad institucional, y la altura política de los gobiernos europeos", en un examen que "será distinto pero no menos exigente" que el que España tuvo que pasar tras la crisis financiera de 2008.

La fundación explica que la propuesta francoalemana de crear un fondo de 500.000 millones de euros para transferir a los Estados sin obligación de reembolso "es positiva sin reservas, pero no es la panacea" y advierte de que "alimentar a partir de ella la ilusión de dinero gratis sería una grave irresponsabilidad".

El diseño del fondo se acerca a lo que había pedido la Eurocámara y propuesto la Comisión, pero solo en parte, porque éstas han cifrado entre un billón y medio y dos billones los recursos necesarios para afrontar la situación actual, una cantidad que se repartiría entre transferencias y préstamos en una proporción por precisar.

La propuesta en Angela Merkel y Emmanuel Macron contempla una cuantía mucho menor, si bien es cierto que solo para trasferencias. "Es un paso adelante cuando las perspectivas económicas en los países más castigados por la pandemia y con peor desempeño económico son devastadoras", reconoce FAES. A eso se añade que la deuda que financie el fondo no será ni mutualizada ni perpetua "pero sí europea y eso es extraordinariamente relevante".

Sin embargo, aún quedan cosas por definir desde el punto de vista técnico y político. Para empezar, deben aprobarla el conjunto de los 27 "y aunque el sello germano-francés pesa mucho, habrá dificultades entre los países que se califican de virtuosos que no aceptan más que apoyos en forma de préstamos". Además, si finalmente el apoyo asciende a 1,5 o 2 billones, lo dedicado a transferencias será una parte muy reducida.

¿HABRÁ UMBRALES DE COFINANCIACIÓN?

Además, está por ver si las inversiones quedan sujetas a umbrales de cofinanciación por parte de los Estados y cómo se articulan los controles sobre los beneficiarios, las decisiones de inversión y su ejecución.

Por otro lado, FAES sostiene que si las transferencias son para inversiones en determinados ámbitos eso puede limitar su eficacia para crear empleo en tiempos de desempleo masivo.

"Invertir en la transformación energética y medioambiental y en la digitalización constituirá un impulso modernizador evidente, pero de ahí no se sigue necesariamente que habrá una efectiva creación de empleo a corto plazo", avisa, porque los procesos de transición "no suelen ser capaces de reajustar inmediatamente los puestos de trabajo que pueden desaparecer".