José Carlos Rodríguez

La activista y antigua militante de la izquierda abertzale Arantza Santesteban relata su experiencia en prisión en "918 Gau", un documental personal en el que reflexiona sobre la militancia política y sus contradicciones: "La política tiene que abordar la inestabilidad en su discurso", asegura en una entrevista con Efe coincidiendo con su visita promocional a Galicia.

"La política institucional está basada en dicotomías. Para mí la verdadera política, la radical, pasa por poder articular complejidades", explica Santesteban (Pamplona, 1979).

Consciente -porque lo ha vivido en sus propias carnes- de que estar en política supone "una amalgama de diferentes estados", la navarra asegura que en los tiempos que vivimos la política debe abordar "lo inestable" como forma de "reivindicar" o incluso de "describir la realidad".

Lejos de las categorías cerradas, Santesteban no contempla blancos o negros, ni siquiera grises. Más bien un vaivén de reflexiones y estados mentales que muchas veces son "vulnerables" y "contradictorios" y que otras veces pasan por "el empoderamiento" o por una "pulsión fuerte".

A lo largo de su vida ha experimentado muchos de estos sentimientos. Proveniente del activismo feminista vasco y exmilitante de la ilegalizada Batasuna, Santesteban participó en 2006 en la mesa de diálogo entre PSOE, PNV y Batasuna, organizada por el entonces lehendakari Ibarretxe y conocida como las "conversaciones de Loiola".

El 4 de octubre de 2007, la Policía Nacional detuvo en Segura (Guipúzcoa) a Santesteban junto con otras 22 personas, acusadas por orden juez Garzón de un delito de terrorismo por su actividad en el partido político Batasuna.

A partir de ahí, Santesteban permaneció durante 918 noches en diferentes cárceles del país. De la posterior elaboración de la memoria sobre su experiencia en prisión nació "918 Gau", un documental que a través de diferentes dispositivos apunta a la reflexión sobre la militancia política, el desencanto, las dudas, la vulnerabilidad, la fragilidad, la mitificación o el heroicismo.

"918 Gau" obtuvo el premio a Mejor Película en la sección internacional de la pasada edición de DocLisboa, el premio al Mejor Documental Internacional en el Festival de Torino y el Premio Latexos en el Festival Internacional de Cinema de Pontevedra.

Un éxito que Santesteban no podía imaginar cuando, ya fuera de prisión y una vez finalizado su proceso judicial, regresó a casa de sus padres y decidió abrir la caja con "todos los materiales" que conservaba de su encierro, que le llamaron mucho la atención por su "potencia visual".

"Vi que había muchos detalles caligráficos, muchos dibujos, muchas frases, con una gestualidad que me llamaba la atención y con la que creía que era posible hacer una película", cuenta.

Santesteban asegura que hay "una mirada diferente" sobre ese material cuando ya ha pasado un tiempo, una "media distancia" que le permite enfrentarse a todo eso desde "una nueva dimensión" y hacerse "nuevas preguntas".

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"Quería ver cómo se lee en el presente un recuerdo o un documento significativo", asegura.

De ese hallazgo, a partir de las fotografías realizadas durante el encierro, la digitalización de los documentos oficiales de su detención o de la lectura de una carta de un compañero de militancia, mezclados con una voz en off y otras veces ante una grabadora -ya en el presente- Santesteban conjuga dos tiempos: el de prisión y el de su posterior libertad.

En un momento del documental, Santesteban confiesa que leyó durante su encierro la correspondencia de Rosa Luxemburgo. Destaca una frase en concreto que la revolucionaria escribió cuando también estaba en prisión: "Mi corazón es más de las golondrinas que de mis camaradas".

"Cuando leí esa frase fue muy fuerte. Leer eso de una persona tan comprometida políticamente... Con esta frase Rosa reivindicaba cierta autonomía del pensar, del hacer o del sentir. Creo que es importante reivindicar eso y esta película de una forma o de otra se ubica ahí, en pensar con otros y pensar junto con otros, pensar colectivamente, pero sin perder tu propia pulsión".

"Yo articulo esta película en primera persona, pero creo que esta primera persona no se agota en mí, porque también habla de un tiempo concreto, de una colectividad. Creo que es una película en primera persona pero que resuena también en lo colectivo", añade la directora.

Según explica, no es una obra que "levante ninguna bandera" sino más bien una película que "necesitaba hacer" y que le ha salido "de las tripas".

Tras su paso por el reciente Festival de San Sebastián, "918 Gau" podrá verse ahora en salas comerciales y este fin de semana será presentada por Santesteban en la Sala Numax de Santiago, donde también se realizará un pequeño coloquio.

"Yo creo que la sociedad está preparada para sanar, para poder recibir películas que hablen de lo que ha pasado desde diferentes puntos de vista. Tenemos que considerar al público como adulto y como capaz de interpretar y tener su propia opinión sobre las cosas", concluye.